20.12.2016 Havana, Cuba
PREMIOS VILLANUEVA DE LA CRÍTICA
A LO MEJOR DEL TEATRO EN EL 2016
Los críticos miembros de la Sección de Crítica e Investigación
Teatral decidieron esta tarde los Premios Villanueva, concedidos a
los mejores espectáculos nacionales y extranjeros presentados en
Cuba durante el 2016. Estos son los títulos ganadores, que
recibirán el diploma acreditativo en una ceremonia programada para
inicios del 2017 a celebrarse en la ciudad de Matanzas. Felicidades
a todos!
La vida crónica,
Las grandes ciudades bajo la luna,
Memorias y
Mis niños de escena,
espectáculos del Odin Teatret, Dinamarca.
Dirección de Eugenio Barba.
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17.12.2016 Habana, Cuba
El Odin Teatret, los maestros y Cuba
A propósito de la Odisea 2016 que nos trajo por tercera vez de
regreso al Odin Teatret a Cuba, vienen a la mente muchas
preguntas que perduran y fuertes emociones por los reencuentros,
las enseñanzas y los afectos construidos desde las lecturas
iniciales, las primeras imágenes de videos traspasadas de
mano en mano y, por supuesto, los encuentros vivos con Eugenio
Barba, Roberta Carrieri, Julia Varley, y más tarde con toda la
tropa de los odines.
Entre viajes de ida y vuelta, con rumbos y viajeros a veces
impredecibles e inconstantes, se han armado las relaciones
esenciales del Odin Teatret con diversas zonas del teatro cubano
contemporáneo. Esos nexos han dejado sedimentos creativos intensos,
modelos poéticos y estilísticos de valiosa impronta; han impulsado
proyectos y polémicas. Han sembrado, cultivado y cosechado
verdaderos frutos que, como toda ofrenda construida de manera
conjunta, se multiplican, se diseminan y se transforman en el
tiempo, la memoria y los sentimientos de las personas que las
comparten.
De esos viajes azarosos, permanecen las vivencias edificadas
entre los individuos que a lo largo de los años han participado de
las experiencias escénicas, investigativas y formativas que el
Odin, en tanto núcleo de gestación y gestión de nuevos
conocimientos, nos ha propuesto. E insisto en el sentido de
propuestas, sugerencias o preguntas que tales encuentros
significan, porque los actores y maestros del Odin no han hecho más
que abrir sus bitácoras de saberes diversos a nuestros propios
paradigmas creadores, a nuestras maneras de ser y estar en el
teatro; o lo que es lo mismo, a nuestros dinámicos, movedizos y
persistentes imaginarios teatrales.
Ellos no han tratado de plantar o imponer sus nociones o
prácticas creadoras. En todo caso han tratado de confrontarse y
confrontarnos con nuestros andamiajes técnicos, conceptuales y de
procedimientos creativos, articuladores de las dimensiones
culturales, sociales y humanas del teatro cubano y de sus creadores
y espectadores. Entendiéndonos unos y otros como una gran tribu que
anda siempre en tránsito; afirmando su sentido histórico y
variable. De ahí las aportaciones que sus viajes generan en lo
inmediato y a más largo alcance. De ahí las dilataciones que hemos
podido reconocer respecto a las fronteras de nuestros paisajes
teatrales habituales. De ahí también el reencuentro con las
prácticas del teatro de grupo, la investigación como ejercicio
básico para la creación y la formación de nuevos discursos y
sentidos éticos y profesionales para el oficio del teatro.
A partir de tales convergencias, Eugenio supo recorrer el camino
hacia los maestros del teatro cubano y de otras tierras. Esos son
mis primeros recuerdos de aquellos años finales de los 80. Eugenio
Barba, rodeado de jóvenes creadores y otros de mayor edad,
tributando respeto hacia Vicente Revuelta, Flora Lauten, Graziella
Pogolotti, Raquel Carrió, Carlos Pérez Peña, Rafael González, Helmo
Hernández, Osvaldo Dragún, Santiago García, Enrique Buenaventura,
Atahualpa del Cioppo, Augusto Boal, Miguel Rubio; y junto a ellos,
los artistas del Teatro Escambray, Teatro Estudio, Teatro Buendía y
la naciente Escuela Internacional de Teatro de América Latina y el
Caribe.
Las obras de Teatro La Candelaria, el Teatro Experimental de
Cali, El Galpón, el grupo Yuyachkani y las creaciones de Boal,
recibían nuevos reclamos de atención por nuestra parte ante las
visiones que Barba y sus actores nos compartían, con igual sentido
de admiración y respeto al de sus referentes europeos, asiáticos o
de otras tierras y tiempos diversos.
El cruce de los magisterios y de esas maneras de hacer y pensar
el teatro más allá de fronteras, historias y circunstancias
particulares, fue un estímulo fundamental para desprendernos de los
academicismos y las restricciones que las lecturas o
interpretaciones demasiado "literales" podían encorsetar al Odin y
sus potenciales enseñanzas en un manojo de métodos y ejercicios
técnicos que, lejos de abrir el alma del teatro en toda su
plenitud, podían ocultarla aún más entre los vericuetos de las
confrontaciones ideológicas latentes bajo las imágenes y los
aprendizajes crecidos a partir de la interacción del Odin con
nuestra equitativa realidad social.
Junto a sus espectáculos, el Odin ha traído su ética de la
profesión. Pero ha traído también un renovado modelo de pensamiento
cuestionador del teatro y de las prácticas sociales en las que
interviene. Izquierda o derecha, progresista o reaccionario,
dejaron de ser ante nuestras propias vivencias, polos
irreconciliables o transparentes de una confrontación ideológica y
política al margen de las maneras de trabajar, producir, crear y
vivir.
En las complejas confrontaciones que hemos tenido en estos años,
han aparecido nuevos enfoques para términos como "revolución" y
"revolucionario" en el contexto creativo y en las prácticas
teatrales y sociales, cargándose estos términos de sentidos
operativos más reales y tangibles, para muchos de los que
hemos asumido el ejercicio del teatro más allá de sus connotaciones
estéticas o artísticas.
Trabajar, desmontar, develar y poner a dialogar a mitos, pasajes
históricos y personajes célebres con las nuevas realidades de
artistas y espectadores, no ha sido solo la evidencia de virtudes
estéticas o técnicas y de procedimientos formales, apreciables en
los espectáculos y seminarios a través de la sensibilidad y el
gusto personal. Ello implica también el desplazamiento de ciertos
paradigmas ideológicos que históricamente han afirmado
desde la izquierda y sus diversas prácticas políticas, un único
rumbo para la resolución revolucionaria de los conflictos que en
Cuba y América Latina afectan a los sectores sociales excluidos de
las grandes transformaciones de la Historia.
Desde sus primeras visitas y trueques, el Odin aportó otras
voces y visiones para complejizar y ensanchar las dimensiones
políticas de nuestros teatros. A partir de sus propias exclusiones
y márgenes, Eugenio y sus compañeros propusieron estrategias más
abiertas, reflexivas y contrastantes, con el objetivo de entender,
construir y participar en los relatos históricos y en los debates
ideológicos que los atraviesan, desde un posicionamiento más
sensible y palpable de la condición humana.
Por tanto, dilatar el cuerpo y la mente de actores y
espectadores no era, y no es, solo una pretensión dramatúrgica, o
una más entre las tantas exploraciones en las teatralidades
convergentes a través de los tiempos y las culturas disímiles
compartidas por el Odin Teatret con nosotros. Al tomar parte en sus
propuestas, emerge la posibilidad de aprehender la vida y los
procesos sociales con ojos atentos. Porque se trata de construir
ideas que fluyan como las imágenes hacia nuevas plataformas para el
conocimiento y el encuentro con los individuos, sus biografías y
realidades. Se trata de mirar el pasado como una afirmación
irreversible del futuro. Se trata de aprender de nosotros mismos,
sobre nosotros mismos y con nosotros mismos. Así lo social y lo
personal, lo individual y colectivo, el hombre y la masa, se nos
presentan con nuevos ropajes, nuevos relatos, nuevas preguntas y
nuevas libertades para decir, dudar, construir y mirar de frente al
presente, al "aquí y ahora" de todo hecho teatral y de vida. No
importa demasiado si ese individuo -hombre o mujer- emprende su
lucha en la más angustiosa soledad, o en la compañía más
reconfortante. Lo importante es no detener la marcha, ni el sentido
de la lucha por cambiar el orden establecido a contrapelo de las
necesidades más urgentes de cada persona.
Quizás por ello, en los espectáculos, demostraciones, talleres y
charlas que durante tres décadas el Odin Teatret ha desarrollado en
Cuba, podemos vislumbrar que la Historia no se revela solo como el
fragmento de memoria o historicidad asumida por cada
individuo, tanto a nivel íntimo, como público o social. Las
experiencias aportadas por el Odin, con sus maestros y compañeros
de contiendas, nos han indicado preguntas y enfoques concretos
respecto al lugar, los roles y los encargos que cada uno de
nosotros debe resolver, en tanto hacedores del teatro con nuestros
múltiples oficios. De esas ideas y prácticas puede llegar una mayor
lucidez para rehacer la Historia que nos engloba o difumina entre
sucesos y acontecimientos impredecibles en sus rumbos y
consecuencias.
En el cruce de paradigmas para el teatro cubano
acontecido en el paso de los 80 a los 90, debidamente reconocido
entonces por investigadores y críticos como Rosa Ileana Boudet,
Raquel Carrió, Graziella Pogolotti, Rine Leal, Magaly Muguercia,
Vivian Martínez Tabares, Ileana Azor, Ileana Diéguez, Osvaldo Cano,
junto a muchos creadores como Abelardo Estorino, Vicente Revuelta,
Flora Lauten, Carlos Díaz, Carmen Duarte, Salvador Lemis, Ricardo
Muñoz, Víctor Varela, Nelda Castillo, Carlos Celdrán, Antonia
Fernández, Abilio Estévez, Alberto Pedro, Rafael González y Joel
Cano, entre otros más que seguramente enriquecerían y matizarían
esta lista que parte ahora de la memoria caprichosa; de manera más
o menos explícita se reconoce el viraje de la mirada y las
prácticas creativas hacia las problemáticas del individuo en su
dimensión más humana y real, confrontando su entorno inmediato, su
historia personal y social, su contexto y sus valores éticos,
espirituales e ideológicos. En este ámbito de creación y
pensamiento, complejo, tenso y contradictorio, fecundaron los
diálogos iniciales con Eugenio Barba y el Odin Teatret.
Por ello los espectáculos, clases, conferencias y escrituras
disímiles aportados por Eugenio Barba y sus actores,
pueden verse como la confirmación de sus trabajos teatrales
articulados en un cosmos de imágenes y conocimientos que
trascienden el fugaz encuentro de las representaciones o las
sesiones pedagógicas. Al revelar las teatralidades que concurren en
las prácticas escénicas del Odin, sus obras y acciones formadoras
tejen a profundidad raíces y relaciones que nos permiten viajar
más allá del momento esclarecedor de los espectáculos o
los seminarios y talleres. Promueven el reconocimiento de un
territorio poblado por técnicas e ideas que discursan a través de
los relatos teatrales hacia el redescubrimiento del artesanado
técnico, conceptual y ético que soporta a la dimensión viva del
teatro que nos presentan. Esas acciones creadoras han
enriquecido el sostenido trabajo de trueques entre el Odin Teatret
y los hacedores teatrales cubanos. En tales fundamentos descansa
igualmente el verdadero terreno que compartimos el Odin y quienes
asumimos el sentido del teatro de grupo y el ejercicio de la
investigación como caminos de larga travesía precedente.
El surgimiento, reorientación y apertura de nuevas líneas de
trabajo al interior de varios grupos y la fundación de nuevos
colectivos teatrales en ese período, deben mucho y de maneras
diversas a los primeros encuentros del Odin Teatret con Cuba.
Teatro a Cuestas, fundado por Ricardo Muñoz; Teatro del Obstáculo,
fundado por Víctor Varela; el Estudio Teatral de Santa Clara,
fundado por Joel Sáez y Roxana Pineda; Teatro Espectro 11 (hoy
Teatro Viento de Agua), fundado por Boris Villar, Maribel Barrios y
Eberto García Abreu; Teatro de los Elementos, fundado por Oriol
González y Teatro del Espacio Interior, fundado por Mario Junquera;
son, entre otros referentes a considerar y estudiar, procesos
creadores y culturales que evidencian los fecundos intercambios de
nuestros creadores con Barba y sus actores- maestros desde los 80
hasta la actualidad.
En ese nuevo paisaje creativo hemos ampliado los estudios sobre
Stanislavski, Meyerhold, Vagtangov, Brecht, Grotowsky, Brook y
otros maestros que afirman, con Barba, el valor de "aprender a
aprender"; revelándonos la necesidad permanente de indagar
y profundizar en las fuentes técnicas, filosóficas y éticas del
teatro como oficio y profesión. Barba y los odines han procurado
encontrar y palpar, más allá de las formas y los temas -por demás
pasajeros y fugaces-, los cuerpos, los rostros, las memorias y las
almas de sus camaradas de expedición; atravesando otras islas
flotantes en mares intranquilos, donde el azar, la buena voluntad,
la intuición, la resistencia y la firmeza de las decisiones de
trabajar y crear juntos, han llevado a puertos seguros "las canoas
de papel" en las que nos montamos en aquellos años de
fundación; como diría el abuelo mambí de Las perlas de tu
boca, el espectáculo del Teatro Buendía, dirigido por Flora
Lauten en 1989.
En el 2016 la realidad teatral, cultural y social de Cuba es muy
distinta a la que 30 años antes recibiera a Eugenio Barba y el Odin
Teatret por primera vez. En una aparente rutina cotidiana, la
sociedad cubana se ha transformado a profundidad. Los ideales y
proyectos colectivos e individuales han mutado de rostros,
propósitos y destinos. Junto a las carencias materiales y
espirituales sostenidas, la austeridad, las fragmentaciones y las
emigraciones; así como la llegada de nuevas generaciones de
artistas y espectadores abocados a emergentes (o reiterados)
conflictos sociales, en su mayoría tamizados por las sensibilidades
que revelan las preguntas sobre el sentido de la vida en las
condiciones económicas, políticas y sociales de la actualidad;
también han irrumpido diversos procedimientos creativos que en
algunos casos no hacen más que vivificar las construcciones
poéticas y los caminos temáticos recurrentes en nuestra propia
tradición. Mientras, otros erigen inusuales fórmulas para
intervenir en los problemas de estos tiempos, apelan a la
documentación de la inmediatez y a las biografías recientes como
territorios donde legitimarse con mayor hondura. De ahí, la
confrontación del individuo consigo mismo, sin que se examinen a
fondo las connotaciones y los rumbos de la Historia, por encima de
las notables diferencias sociales y los diversos problemas que hoy
se cruzan en la sociedad cubana.
En este territorio teatral, cultural y social diferente,
rememoro los relatos de Judith, El castillo de Holstebro, Itsi
Bitsi, Kaosmos, Las mariposas de Doña Música, Mythos, Sal, El libro
de Esther y Ave María, conmovido por la intensidad,
la crudeza y la transparencia de los nuevos relatos con
que La vida crónica y Las grandes ciudades bajo la
luna nos acaban de convocar en La Habana para otro encuentro
con los maestros del Odin.
Había leído algunos reportes sobre estos espectáculos más
recientes. Comentarios, reseñas o valoraciones que, en definitiva,
me daban pistas sobre las propuestas, pero nada más. La identidad
poética del Odin Teatret, sus discursos y estrategias de
construcción escénica, así como sus visualidades y andamiajes
actorales y representacionales, en mi opinión, quedaban en un
segundo plano en las atenciones ante los nuevos espectáculos. Lo
significativo de este encuentro sería, sin dudas, la posibilidad de
asistir y acompañar un trabajo de todo el grupo, distinguido por
los muchos años de vida y creación que los actores-maestros
depositaban sobre el escenario, como un acto de fe renovada en el
teatro y, particularmente, en su teatro.
La pulcritud, claridad y belleza escénica que distinguen a
La vida crónica y Las grandes ciudades bajo la
luna, me revelan un contundente gesto colectivo de rebeldía
ante el cansancio, la indiferencia y la certidumbre del tiempo que
avanza, inefable, hacia la muerte. Por eso la vida y las travesías
creadoras de Barba y sus actores maestros, junto a las ricas
teatralidades que han atesorado en sus propios cuerpos, vuelven a
ser la sustancia matriz de los caminos que se cruzan, superponen y
se abren a nuevos encuentros con historias, biografías, personajes
y relatos que transcurren hacia la concertación de las citas con
sus espectadores históricos y los que cada día acuden a
los nuevos encuentros con el Odin.
Tal vez por esas razones, la Odisea 2016 no ha sido una gira más
en la larga lista de viajes teatrales emprendidos por el Odin
Teatret. Volver a Cuba ha significado un rencuentro con nuestros
teatros, con sus alianzas y fracturas, con los viejos y nuevos
espectadores. Un reencuentro con las utopías compartidas y las
rebeldes necesidades creativas de los que defendemos el mismo
oficio, con independencia de nuestras identidades y sentidos del
teatro resguardados en el tiempo.
Según palabras de Eugenio en las notas de presentación de la
gira, el grupo venía a nuestra isla "para descubrir cómo
han cambiado la cultura y la política los sentimientos, los
pensamientos y las expectativas de todos nosotros". Por tanto,
se trata de confrontar, no solo las expectativas de quienes vienen
desde el lejano Mar del Norte, sino nuestras contradictorias
esperanzas ante los destinos de la sociedad cubana, en las actuales
circunstancias sociales, económicas y políticas.
La vida crónica y Las grandes ciudades bajo la
luna, con sus identidades y dimensiones teatrales diferentes,
funcionaron como caras de una misma carta; es decir, como páginas
de un mismo mensaje. El primero de los espectáculos me
llenó de sentimientos muy contradictorios. Ver en la escena a los
actores maestros del Odin revelándose contra sus años y sus espesas
cargas de emociones y recuerdos; reinventándose a través de nuevas
fabulaciones esencialmente arraigadas en las crisis más apremiantes
de muchos seres en distintas partes del mundo, relatadas
teatralmente desde la visceralidad de sus propias vidas; no solo me
permitió compartir la pertinencia de sus reclamos de solidaridad,
comprensión y respeto entre los seres humanos amenazados por los
mismos problemas en esta época poblada de guerras, emigraciones y,
sobretodo, desmemoria.
En esa especie de arca de Noé que sobrevive a innumerables
tempestades, solo quedan rastros de existencias que perviven
en la caótica adversidad de sus desencuentros. Sobre esa balsa a la
deriva se cruzan historias y biografías de seres que nos arrojan
sus desamparos y sus silencios arropados por palabras y sonoridades
disímiles. Palabras que convocan la mirada y la atención por el
tono en que son dichas, por las intenciones que develan y el
desconcierto que sus convergencias generan para quienes creen que
con palabras podemos entender el sentido de nuestras vidas.
Por eso las lenguas que las soportan nos llevan hacia los
estados del alma de esos seres que, aun cuando intenten sobrevivir
en medio de recuerdos hermosos o terribles - eso es difícil de
valorar dentro de sus inefables travesías-, no tienen otra opción
que reeditar sus vivencias fragmentadas y superpuestas en el
momento de las lúcidas confesiones que el teatro les ofrece en cada
representación, ante espectadores de procedencias igualmente
diversas y contrastantes.
Los cuerpos envejecidos de los actores, con inequívoca vitalidad
revelan, sin embargo, dimensiones sólidas para sostener las
palabras traspasadas en las situaciones de los personajes en el
relato teatral, verdadero motivo para el encuentro inaplazable
entre los creadores y sus espectadores. De la confluencia de las
edades y las teatralidades habitadas en las voces, los gestos y las
miradas de los actores maestros del Odin, emerge la estatura real
de esos diálogos irreverentes que ellos, cual perdurable señal de
vida, se empeñan en arrostrar ante la incomunicación siempre
amenazante. Importan más que sus discursos, las situaciones que los
agolpan sobre estas tablas de salvación en las que el ritual de la
muerte y sus múltiples máscaras y procederes no es una historia
evocada o una quimérica ilusión que a otros puede acontecer. La
vida opera, actúa y puja entre estos individuos, como un intento de
resistencia y de posibilidad de cambio del orden de las cosas, de
los destinos inciertos que a todos nos esperan, de la certeza de la
soledad y también, obstinadamente, del valor del teatro para
aliviar los rigores de la existencia.
En las grandes ciudades, hoy día, la vida puede ser registrada
como una crónica indiferente de alumbramientos, celebraciones y
despedidas. Nuestros actos más trascendentes pueden reducirse a
sutiles fotogramas o a cenizas que el tiempo desvanece bajo las
mutantes caras de la Luna. Tras esas mutaciones del astro
compartido en las latitudes y tiempos más distintos, todo acto de
fe y cualquier intento de aviso, cercanía y acompañamiento, se
convierten en una verdadera revolución de los afectos y la memoria.
No podemos, por tanto, renunciar a la crónica que nuestras vidas ha
ido creando a lo largo de los años, en los escenarios más
insospechados. Esa es la savia de los relatos que nos llegan y que
luego, con igual sentido de gratitud, compromiso y oficio,
intentamos entregar a otros. Ese es el verdadero sentido
de nuestros teatros, de nuestras imágenes, de nuestros cantos y
gestos irreverentes al polvo y el olvido. Esa es la nueva marca que
Eugenio Barba y los actores del Odin Teatret añaden a los caminos
que hemos recorrido juntos, o en la solitaria acción cotidiana de
nuestras vidas, a lo largo de las últimas tres décadas.
Y porque esos caminos se construyen, paso a paso, entre imágenes
y aprendizajes, de la Odisea 2016 y los innumerables esfuerzos que
le dieron vida, quiero resaltar dos momentos en los que se confirma
una vez más la orientación de los trueques del Odin y el teatro
cubano. El primero tuvo lugar en la Iglesia del Teatro Buendía,
donde Flora Lauten recibe al Odin y a Eugenio para trocar gestos de
gratitud, complicidad e irreverencia.
Flora afronta sus 74 años encarnando a Teresa de Jesús, la Monja
de Ávila (1515-1582), en el espectáculo Éxtasis. En cada
función no puedo evitar el sobrecogimiento que me llega a través de
su presencia, de su voz, de sus miradas; y sobre todo, de su
espíritu invencible, evocador de sus maestros y los míos. Entre los
muchos planos del relato articulado en torno a las cartas escritas
por la célebre monja, está en primer orden el relato físico que el
cuerpo de la actriz, la maestra, la madre y la creadora, revela más
allá de las palabras y la indumentaria escénica.
Las luchas de Teresa de Jesús por crear monasterios y
espiritualidades altruistas e iluminadas, encuentran equivalencias
en los emprendimientos creadores y humanistas de Flora Lauten y
Eugenio Barba. Por eso la Iglesia, el teatro o los monasterios
rememorados en el espectáculo, se reconocen como los espacios
ideales para persistir en la acción de fundar que es, como dicen la
actriz y el personaje, lo que importa. Ahí radica el mayor desafío
en estos tiempos de tanta trivialidad y acomodamiento para el
cuerpo y el espíritu. Barba y Flora, junto a sus tropas o familias
de actores, por el camino de la creación y el magisterio han
fundado nuevos territorios para la revolución de nuestros
pensamientos y para la defensa obstinada de la fe en el teatro.
El mismo aliento de hermandad cómplice, permanece en un
segundo momento, durante el abrazo sutil y estremecedor de Iben
Nagel Rassmussen y Carlos Pérez Peña, hombre grande y maestro
entrañable de nuestro teatro, al finalizar la última función de
Las grandes ciudades bajo la luna. Iben, Carlos, Roberta y
las cenizas, un abrazo y una rosa roja, bien viva, intensa y
real, dejan en mi espíritu los deseos irrenunciables de
seguir atravesando los caminos del teatro, con el único pretexto de
buscar otras reconciliaciones con la vida. Tal vez sea esa, a estas
alturas de mi existencia, una buena posibilidad de sobreponerme a
las adversidades imprevistas del camino en el que crecen las
utopías, las esperanzas y los deseos de ir un poco más allá del
horizonte que cada día enmarca nuestros territorios de acción.
Seguramente de esos impulsos, tan discretos como las pequeñas
piedras blancas que Barba repartió hace 30 años en el sótano de la
"iglesia" del Buendía entre algunos creadores y maestros, resurjan
nuevos sentidos para el acto revolucionario de hacer teatro,
aquí y ahora.
Eberto García Abreu
La Habana, 17 de diciembre de 2016.
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02.12.2016 - 16.12.2016
THE BRIDGE OF WINDS IN PARATY, BRAZIL, DECEMBER
2016
[written by Kasia Kazimierczuk, photos by Francesco Galli unless
otherwise mentioned.]
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A SHORT INTRO
SAN CARLOS
"The Bridge of Winds", a pedagogical project of Iben Nagel
Rasmussen, has been invited by the Centro Cultural SESC (Servico
Social do Commercio) Paraty to work for three weeks in the town of
Paraty in Brasil. To make it happen, it took many years of hard
work on the part of Carlos Simioni, a participant of The Winds from
the very beginning in 1990, who is working with the Centro on a
two-year theatre project called APA - Atelier de Pesquisa do Ator
(Actor Research Studio).


DAY 1 (day off)
BEER-CAN SAINTS
We are staying in the historic part of Paraty, at pousadas (bed
& breakfast) located in renovated 18th. century
houses. Ours (Rita de Cassia Melo Marques) is full of figures and
paintings of saints. The living room, dominated by a big picture of
Santa Rita, the patron saint of our hostess, Rita Marques, hides
lots of little treasures, like an outdoor altar with a Madonna
figure, which Rita puts out and lights for the evenings (the
Madonna normally sleeps and spends the rainy days indoors) or
wooden sculptures of St. Joseph and Maria, holding tiny flowers
made from the metal of beer cans.

THE FIRST SUPPER
The first supper together always makes everybody incredibly
happy. Iza Jurkowska Vuorio (16 years in the project, Polish,
living in Finland) called the feeling "extatic". Everybody feels
like we saw each other the day before. Guillermo Angelleli (24
years in the project, Argentinian) said: "We have this weird
connection. We don't email each other, we don't see each other for
a year, and it's like with family members - you see them after a
long break and it's like you spoke yesterday. It's the blood
connection - maybe we have the wind connection". Annemarie
Waagepetersen (16 years in the project, Danish) says there is
"something very strange about time as if jumping and stopping - it
feels like this work is going on without the time passing in
between the meetings."

DAY 2 (first day of
work)
FIRST TRAINING
The Winds' training is like a
performance. I've been observing it for 16 years (I tried to
calculate it - I've probably seen at least 300 trainings of The
Bridge of Winds) and it never gets boring. It consists of the work
on producing different, very precise kinds of energy by the actor's
body and by the whole group. Over the years, as it has been
changing from technical to more "playful", its fixed structure has
become almost dramatic. The whole group changing the quality of
energy in the space, the dialogue between the different kinds of
energy, the improvisations in pairs that change every day - it's
like watching a new story every morning, really keeping you on your
toes, waiting for what is going to happen today.
This training is the language of The
Winds. They come into the working room after several months of not
seeing each other, and they do the whole, one-hour structure of the
training, with perfect communication, like they'd stopped the day
before, not a year ago. Even though the group consists of people
with very varied experience: some have been working in it for
almost 30 years, for some it's their second meeting, some are
professional actors, some do theatre work only during the Winds'
meetings. The first training in Paraty was summed-up by Iben with a
statement: "I don't know what to teach you anymore."
When asked how he felt about the first
training of each meeting, Guillermo said: "Touched. In the working
room we don't communicate with words or verbal information, but the
feeling of being together through this special way of working is
very strong." Iza adds: "It makes me feel alive. Makes me see
that my life makes sense. And I can see that all the ransom I've
had to pay life to be able to continue this work and come to the
Winds' meetings, has been worth it." "It's like drinking water when
you're thirsty," comments Annemarie.

DAY 3
THE SEAMSTRESS' THREAD
"They think they have costumes and don't even see that this
skirt is pink instead of white, because the colour of the red belt
ran in the laundry, she has gained weight and needs a whole new
costume, that dress is stained, and that one - has a hole right on
her buttocks!", screams the frustrated Antonella Diana, a set
designer at Teatret Om, now helping the Winds with the set, props,
and costumes for several years. On top of all the ruined costumes
she has to deal with, Antonella was provided with a sewing machine
that was just as beautiful as it was broken…
Antonella needs help, otherwise she'll soon need psychiatric
help. So we help: I assist her with cutting out a full-circle skirt
(that was fun - I had no idea how those skirts are born), someone
hand-sews the rim, someone else makes the belt.
Oh - and making a straw skirt out of plastic cord for two hours
was incredibly relaxing…


DAY 4
THE CONCERT HITS THE ROAD
One of the performances the Winds have,
is a concert entitled "Voices of the Wind", made up of songs from
about a dozen different countries, including Finland, Italy,
Brazil, Poland, Denmark, and Spain.
Yesterday, we used it for our first
barter in Brazil, with a fishing community in the village of
Tarituba. The drive there was incredibly beautiful, with mountains
on one side, and little aquamarine-coloured bays and lush green
islands on the Atlantic Ocean on the other. The barter was in a
small local culture centre, located almost on the sea-shore. The
host performers were a group of dancers in their late 20's - early
30's and elderly musicians. Plus lots of the dancers' children,
some participating in the performance. One of the women told me
"They have been with our group, absorbing our traditional culture,
from the very beginning, since they were still in our bellies." The
group presented traditional local fishermen dances and songs, the
men wearing wooden clogs, which are not made anymore, and which
made great rhythm on the floor. Some of the women also practice
other forms of dance: flamenco, ballet, and modern dance. All the
young members of the group are very enthusiastic about the work
they are doing, saying it is extremely important to them: "It is
our culture, our heritage". And they obviously have lots of fun
doing it, too. At the end, we were treated to traditional, local
food: mussel soup and fish fried in a very special coating. I was
told that the name of the fish translates into "wife of a horse".
OK, let's rub it in - it was DELICIOUS!



Photo above by Antonella Diana.

DAY 5
BREAKFAST AT SANTA RITA'S
Our hostess at the pousada makes such wonderful
breakfasts, that not only did we all fall in love with her and
nicknamed her Santa Rita, but the Winds sang one of their concert
songs for her at her house, and I can't keep myself from writing a
culinary post. One of the organizers told me gourmet breakfasts
were a traditional specialty of the Brazilian pousadas.
The ones at Santa Rita's consisted of about 25 different dishes.
There we go:
- 'Couscous baked with corn.
- Boiled corn cob.
- Baked bananas with cinnamon.
- Two kinds of home-made cakes.
- Cottage cheese, hard cheese, two kinds of cold meats.
- Scrambled eggs.
- Fresh fruit: melons, papaya, pineapple, locally grown bananas,
and supermarket bananas for someone who would be crazy enough to
eat them in this context.
- Yoghurt and muesli.
- Two kinds of home-made jams.
- Two kinds of freshly squeezed fruit juice.
- Bread, butter, peanut butter.
- Mate, coffee, and hot milk.
When we get back from work in the afternoon, Rita waits for us
with soup, coffee, cake, toasts with fish pâté, and occasionally -
a sip of cachaça with passionfruit juice. Well - wouldn't you sing
for Santa Rita, too?

DAY 6
THE BABY WINDS
"Baby Winds" was a nickname given by The Bridge of Winds to a
younger group Iben created ten years after she started the project,
The New Winds. Of course, the "babies" immediately started calling
the older group The Viejos. The name-calling stopped only after the
two groups mingled into one ten years later.
But now, some of the Winds have real babies. And those babies
grow. Fast.
The two daughters of Tippe Molsted (25 years in the project,
Danish), Emilie and Frida, have been with us since they were born.
I remember them as two little girls hanging around me in the tent,
where I was making some flower decorations at Odin Teatret. I asked
them to be careful of the thorns on the rose-stems I was cutting
off from the flowers and throwing on a pile on the ground. And of
course the first thing the little rascals did, was to jump into
that pile of thorny rose-stems. And scream. LOUD. Those two for
sure knew their resonators already at the age of five. Of course -
they had been "absorbing the tradition" since they were in their
mum's belly, just like the kids of the dancers at the fishing
community we bartered the other day.
And their voices can be heard with double resonance today, as
those now two beautiful ladies rock among the "Viejos" in the
concert, and Emilie has even become the Musical Director of The
Bridge of Winds.
This is what she says about the Winds' influence on her
professional development: "I'm a different kind of artist, as I am
a pop singer. Pop music is rooted in the North American tradition,
but the Bridge of Winds has given me the courage to reach into my
own roots, the Danish folk songs. The work of the Winds is the
artistic foundation for me. It helps my way of using my body and
voice make sense: to use the body to make resonance, to be present
in my work, both physically and mentally, and to be able to
overcome being tired or in a bad mood, expanding the energy and
keeping the flow, being the channel for the expression."
All the Winds who are parents, try to bring their children to
the group's meetings whenever they can. Here in Brazil, we have a
team of three Baby Winds: Annemarie's son, Lauritz, and Leo and
Thit, the son and daughter of Signe Thomsen (17 years in the
project, Danish). During the barter with the fishing community, Leo
spent a few hours playing football with some big, local guys. We
don't know if the present babies will continue the tradition of The
Bridge of Winds or become bankers, but Leo for sure already knows
his barter skills.


DAY 6½
THE TASK
Yesterday the Baby Winds got a very
special task, to make initial contact with the indigenous Guarani
community we are going to have a barter with next week. Emilie,
Frida, Soren (Emilie's boyfriend) along with Signe accompanied by
her son, Leo, went to the Guarani village with a little performance
for the children. Even Leo had his little number in it.
We were told this was a very closed
community. Thus the idea to make the first contact through the
children. You make the little ones happy - you win their parents as
well.
Well, looks like it worked. Good job,
Baby Winds!




DAY 8
THE STEALING AND THE FLOW
Now the students of Carlos have arrived. He works with four
groups in Brazil, 70 people total, out of which he invited 30
actors to come and observe the work of the Winds. In the morning,
we had a training exchange with half of them, members of the APA
project, which started three years ago and meets every month for
one weekend. The other half, coming from an older project of
Carlos, called Patuanú (after a mythical bird from the Amazon), who
have been working with Carlos for 8 years, were observers.
The APA training was developed by Carlos and Stepháne Brodt. The
training starts with jongo, a dance coming from the
African tradition, followed by work on physical actions, starting
from working in pairs, where one person holds a piece of cord, and
tries to defend it from the other, who attempts to take it away
from them. Then the actions are done without the partner and cord.
The next stage of the training is the Wind Dance, the "iconic"
exercise created by Iben with The Bridge of Winds. Much to our
surprise and joy, it started with one of the songs the Winds use in
their training. The sequence of APA's Wind Dance is a little
shorter than the Winds'. They have created a very nicely structured
way of changing the pairs improvising in the middle of the room,
while the rest of the group dances in two lines. The pair that is
going to leave the floor invites the next pair and once they start
dancing together, the "old" pair withdraws back into the line.
Since changing the pairs has always been a difficult moment in the
Winds' training, often creating micro-breaks in the flow of the
energy when someone is undecided for a second whether they should
be in the next pair or not, the Winds immediately "stole" APA's way
of inviting the next pair and already used it in their training the
next morning.
Iben explained the concept of "stealing", saying The Bridge of
Winds is not a fixed group, the members meet once a year and then
go back to their own theatres, where they are free to develop the
Winds' work in any way they want. She also encourages the Winds to
observe the individually created exercises in the training and
"steal" the ones they like from each other. "Transmitting the
training exercises or the songs to all these different groups all
over the world keeps the tradition going," added Guillermo.
Then Iben gave us an example of "stealing" by using a group of
actors from APA with their jongo dance in the performance
she is currently working on with the Winds.
Then we were shown a demonstration of three APA actors working
with the text. The work was developed entirely by Carlos, who
created his own terminology and metaphors, which translate into
very clear actions and kinds of energy in the actor's body. They
speak of the actor being surrounded by a "magnetic field", which
consists of different layers of energy. The farther away from the
centre (where the actor stands), the stronger the energy is. To
pass from one "layer" to the next, the actor must break through a
very thin "membrane".
One term Carlos uses, the idea behind which is common to both
groups, is "fluxus", meaning the continuity, the constant flow of
energy in the work. "Energy is not a notion belonging in the
working vocabulary of the Odin, but I haven't found a better word,"
says Iben. "Each of the exercises in this training will make your
body produce a specific kind of energy, even without you wanting it
to. The training, which lasts about one hour, is to keep you
physically and mentally awake for its duration, which is the length
of an average performance. When you find the flow in the training,
you will not get tired. If you cut it, you will have to start
gathering the energy from the beginning again."
At the end of the working session, we were surprised by the
appearance of a band of folk musicians, led by an old master, who
said he "wanted to sing for the Danish woman". The APA actors
performed to their music the same fishermen dance we saw at the
barter the other day. Then Carlos said that together with the band,
they discovered that the rhythm of the Wind Dance is the same as in
the traditional tune of the mazurka. So the old master played a
mazurka and all the participants and observers danced the Wind
Dance to it. 60 people! When asked how it felt for her to see 60
people dancing the Wind Dance, Iben said: "Overwhelming and
touching".


DAY
9
THE TIDE AND THE STONES
There are two stories connected to the way the streets of Paraty
were built.
The first one says they were made from stones that served as
ballast on the ships carrying slaves, who had to unload them and
build the roads, as soon as they landed. Walking on those
cobblestones reminds me a little of walking on the set of Steven
Spielberg's "Schindler's List" in Kraków, where they built a road
of Jewish tombstones… And it is also very difficult physically to
walk on them - you can't look around at all the beautiful houses
and colourful shops or you break a leg. Going to dinner is like
hiking a mountain. Of course, Sofia Monsalve (Colombian, former
actress of Odin Teatret, 7 years in the project), who works with
the stilts, dares the Paraty cobblestones on high heels and
Antonella (in the photo) - wearing flip-flops.
The second story involves the sea. The town was constructed in
such a way, that twice a day, when the tide is high, the water
floods the streets and cleans them. There are special elevated
passages that let you walk with dry feet through the half-meter
high water in the streets. They are also made from those darn
stones - not easy to come home after a caipirinha…




DAY 10
STRESSFUL WORKING CONDITIONS
A few words about our working space here. It was founded by a
lady named Vanda Mota, who welcomed us with these words: "I'm so
very happy to give our space to this artistic fraternity of people
who are trying to develop as artists and as human beings in those
very dark times we are living in right now."
Called the Silo, it is located in an old granary, which was
brought to Paraty and rebuilt here by Vanda. The working room is
built from ancient wood, with gaps between the old planks, and a
ceramic tiled roof. The windows have no glass panes - they are
always open onto a spectacular view of the mountains overgrown with
tropical forest in a thousand shades of green.
The building is surrounded by a garden full of the most
incredible plants (one of the flowers is called "lobster claw" -
guess which), and my "office" is shaded by palm trees. I'm writing
this blog accompanied by hummingbirds (hoping to catch one with my
camera…) and from time to time an iguana will honour me with a
visit, passing by my improvised table with its dignified trot.
"Gosh! What a high stress environment for work!" exclaimed a friend
of mine, who is currently trying to stay warm on the Northern
hemisphere.
All this nature also makes sounds. The most horrific of them is
the screech of the cicadas, which have nothing to do with the
pleasant chirping of the crickets we know, but sounds just like an
electrical polishing-machine. Opinions differ as to whether they
make this sound when dying, calling a mate, or experiencing their
"petite mort". Either way, it gives us the shivers.

Photo above by Kasia Kazimierczuk
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Photo above by Kasia Kazimierczuk

Photo above by Kasia Kazimierczuk
DAY 11
IBEN'S ENCHANTED GARDEN
On our last day of work at the Silo, we had a barter with
children from the indigenous Guarani community the Baby Winds had
visited the other day.
With the Winds' street figures, using every bit of Silo's
amazing architecture and its back-yard, Iben created a garden full
of secrets for the kids. Greeted at the entrance by the Baby Winds'
parade characters in Balinese masks (God knows why nicknamed "The
Frogs"…), the spectators were led through a maze-like route, where
a surprise was waiting for them around every corner.
First they saw an enchanted princess in a castle tower - Tatiana
Cardoso's (20 years in the project, Brazilian) otherwise quite
spooky character. Funny how a change of the context (children,
tropical garden, music) changed its meaning from scary to a fairy
tale. Then they met Signe's Butler figure on stilts, who later on
disclosed Signe's beautiful face from under the old man's mask.
Round the corner, there was Lina Della Rocca's (27 years in the
project, Italian) street clown Gelsomina, waiting for them with a
tray of water in little cups. On the Silo's grass lawn, they saw a
little scene with Sofia's stilted African figure and Jori Snell's
(16 years in the project, Dutch) parade character we nicknamed The
Skunk (no fragrance special effects in its repertoire yet,
though).
In the working room upstairs, the Winds sang a couple of the fun
songs from the concert, and the kids performed their traditional
songs and dances. One was fascinating - a boys' dance, which was
actually warrior training. The little guys jumping over the back of
their teacher were really impressive. The teacher told us that
nowadays, the dance is performed only as a way of preserving
traditional culture, because we are living in the times of peace.
Well… let's hope she's right in her optimism…
At the end, after sharing a meal of fruit and cookies, the
actors played traditional Danish games with the children on the
grass lawn. Iben sure knows how to make kids' eyes shine with
amazement. (Grown-ups' as well, actually, but it would have been
soooo much fun to have met her when we were 7 years old…).







DAY 12
AXÉ!
Last Saturday, we had a barter with a group working on
traditional Afrobrazilian music and dance, under a SESC project
called "Matriz Africana", from the nearby town of Ubatuba. It took
place in the beautiful, shaded garden of Silo Centro Historico,
another space ran by Vanda, in the historic old town of Paraty.
The barter started with the Winds' concert, which received a
standing ovation. Then Matriz Africana presented two dances: coco
and jongo, and that was about it for the "official presentations",
as we were invited to participate in the dancing and warned that it
could go on all night long.
"I got really scared when this very decided girl came up to me
and pulled me into the middle of the circle to dance with her in
front of everybody, when I was only beginning to figure out the
step," said Guillermo. "When they invited us, Iben told us 'Now you
must go and join them', so I went, and suddenly found myself all
alone dancing in the middle of the circle!" adds Sandra Pasini (23
years in the project, Italian).
But after the initial moment of the Winds' "stage (or, rather,
roda)-fright" and trying out their first steps, pure axé followed…
And we really regretted we couldn't stay with them all night, the
"overworked Viejos" that we are…


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THE BRIDGE OF WINDS IN PARATY, BRAZIL, DECEMBER
2016
[written by Kasia Kazimierczuk, photos by Francesco Galli]
DAY 13
BEAR-PAWS IN THE TROPICS
a weather post
"Maybe they are good for Denmark, but here they're impossible to
wear," sighed Luis Alonso (13 years in the project, Cuban, living
in Brazil) after an hour of melting in the bear-paw gloves he'd got
for his character in "Ur-Nat", a performance inspired by nature,
initially produced by the Bridge of Winds and Teatret Om for a
festival Om organized in Ringkobing, Denmark, in 2009. The title is
a reversal of the Danish word "natur" and means "The Primordial
Night".
Now Iben is recreating and adapting it to become the final
performance of our stay here, with the participation of the actors
from APA.
Once Luis resigned from his furry paws, they were snatched by
Signe, for her non-stilt character in "Ur-Nat". She has a huge
raven figure on stilts, but also plays the drum without them and
thought it would be fun to have those drumsticks held by the furry
paws of a bear.
And she won on that one, since yesterday the temperature
suddenly dropped from +30 C to about +15 C. Everybody was freezing
in their tropical-paradise-printed summer clothes, while Signe
seemed very content with her fluffy gloves…

Photo © Kasia Kazimierczuk

Photo © Kasia Kazimierczuk
https://www.facebook.com/events/379309792418786/?active_tab=discussion
»
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26.11.2016 Loja, Ecuador
Sebastian Moyano:
Odín bajo la luna de los Andes
bitácora de viaje, 26 de noviembre 2016, Festival de Loja,
Ecuador.
Imagínate una obra de teatro sencilla y a la vez portentosa. Un
tejido de sentidos tan sutil que la percepción sólo permite dejarse
llevar, bamboleante, por el asombro. Un sentimiento no lineal,
extrañado, sembrado de descubrimientos, de conmovedoras
evocaciones, de perturbadoras implicaciones.
Hay un semicírculo de personajes sentados en sillas. Los actores
son mayores, europeos, algo ajados por muchos soles. Cada uno con
ropas cotidianas, pero de alguna manera extraordinarias, como
cuando los magos se paseaban por los festivales disfrazados de
paisano en fiesta sin poder ocultar su fulgor interno, que se
filtra a través de una camisa.
Parecen un grupo de veteranos de un viaje espacial que se ha
juntado a celebrar los viejos tiempos, con sobria elegancia.
Algunos tienen instrumentos musicales, otros siguen el ritmo con
sus manos, alguno está en silencio. La energía está reconcentrada.
Semejantes a un malecón frente a la marea, reciben con serena
energía al público que va ocupando los asientos.
Se ha pedido el máximo silencio a riesgo de la retirada de los
actores. Sólo se escuchan crujidos y ese tipo de música leve de
mucha gente apagando los celulares. Yo estoy sentado en un lugar
privilegiado, pues puedo percibir lateralmente la tensión entre
esas dos energías: por un lado, el caos mental de una multitud
contenida por la particular topología rocosa de una silletería de
vieja madera que cruje al ser presionada, y en frente, todo rojo y
negro y ámbar, el tranquilo ejercicio del verdadero poder, que
emerge de la presencia de esa línea de esfinges, que escuchan y
esperan.
En un momento dado entró a la sala el presidente de la
república. Aduladores de baja calaña le aplauden desde varios
lugares de la gradería. Eso fortalece la energía del Odin Teatret,
que sube el nivel de atención, y en un gesto tácito recompone el
ambiente de lo sagrado. Sentado a mi lado, puedo ver a Eugenio
Barba, el director, contemplando impasible, los ojos en llamas
bajos las espesas cejas blancas.
El espectáculo ya ha comenzado desde el principio de los
tiempos. Todos los asistentes tan sólo hemos tenido una mínima
oportunidad de ser invitados a presenciar algo muy antiguo, durante
el breve lapso de esa función en Loja, en los Andes centrales. Las
mujeres son las más impresionantes, capaces de contener más energía
que la suma total de las personas en la sala. Me recuerdan a las
maestras de los libros de Castaneda. Incluso en posiciones pasivas,
aquietadas, rebozan ferocidad a través de su presencia. A lo largo
de la función de Las grandes ciudades bajo la luna, su
voz, el poder de su canción increíble, la sencilla poesía de piedra
y rosa, el fuego que salía de sus ojos, habría de estremecerme
hasta la médula, una y otra vez, cada vez que alguna abría la
boca.
Sólo había una joven entre ellos. Quizás la persona más
exquisita que he visto jamás. Sólo en algunos versos de Las mil y
una noches, lugar de historias de peregrino destino y azarosa
belleza, podrían hallarse palabras adecuadas para describirla. Como
en un sueño, tocaba su violín dotada de una gracia infinita,
mientras el rudo público abarrotaba las gradas. Es un potencia
angélica, pensé, una elfa, verdadera hija de Flora. Deshojaba un
tango sin fin, en un estilo femenino y lleno de saudade, lo que lo
hacía en sí mismo mágico, mutante. Yo venía llegando de Buenos
Aires, donde predomina el amargo gusto de la mente y su aspecto de
puritano chauvinismo, y comprendía el poder de esta bella y sobria
mujer, extranjera de gentil transgresión, con su violín, su
valentía y su riesgo.
El espectáculo es igualmente indescriptible -pero acaso, qué
obra de verdadero arte no lo es. Al comienzo no se sabe bien de qué
va la cosa durante un rato. En algún momento algo se desconecta y
comienza una poética epifanía. Hace muchos años leía en la saga de
Egil Skallagrimson, el relato de una sala en una casa grande, en la
noche del invierno nórdico. Allí estaban alrededor de un fuego, que
sería el último y ellos lo sabían, un grupo de hombres y mujeres
guerreros al final de una batalla perdida. Lo que hacen, ante el
inevitable hecho de que rodeados por sus enemigos no saldrán vivos
de la danza de las espadas, es decir cada uno, a su turno, su poema
fúnebre. Pude sentir la cadencia de las voces de esos vikingos
poetas, que dejaban su canción de honra final, último gesto sobre
la Tierra, destrucción sagrada, renacimiento divino. Así era la
canción del teatro de Odín.
Semejante, sentí en aquel momento, era lo que estaba viendo
allí. Los actores se iban turnando la palabra. Acompañaban su poema
armados de armas fantásticas y misteriosos recursos musicales. Y
como en un tapiz que se va formando hilo tras hilo de trama y
urdimbre, se teje una historia de espantoso horror, y de íntima
esperanza. El poder del Odin Teatret es manifiesto: han transmutado
la más oscura manifestación de la oscuridad del hombre, en el
cuerpo de ciudades mujeres destruidas por las bombas, en algo
hermoso y pleno de sentido, en un rock, en un relato poético
impecablemente compuesto e interpretado. El arte como medicina. Al
final, prevalece una apacible aceptación del rol de cada humano, lo
cual deja al espectador en el umbral del perdón.
La vida de mi abuela, refugiada de la guerra dos veces, se
estremeció vacías veces en mis células, cuando se cantaba por los
muertos de las guerras de occidente, por la vulgaridad de los
líderes ávidos de sangre, por las mentiras con que conservan el
poder, y por la espléndida dignidad de los seres humanos. En Las
grandes ciudades bajo la luna, se despliega la verdad, y sin
siquiera señalar directamente a nadie en particular, se devela la
falsedad inherente a la guerra organizada y el orden que la
sostiene. Aparece con claridad, de la voz y el gesto de quienes
actúan, un personaje tras otro, el verdadero poder de las acciones
cotidianas dentro de la vida humana. Actos de una partitura rotunda
que designan en pequeños lugares -fragmentos nostálgicos de diálogo
interno, mezclándose en un ritmo de marea que asciende-, las formas
humanas de resistencia ante el horror y de inalienable
esperanza.
Al final del espectáculo, cuando el viaje parecía haber ido
demasiado lejos, se levantó Eugenio Barba y pasó a hablar. Antes de
la función me había vuelto hacia él -quien me conoció hace unos
años en el teatro de mis padres-, y le había mostrado un mazo de
cartas de tarot que ese día me acompañaba. Le propuse elegir una
carta. Con fascinación ante la baraja desplegada, él había elegido
una, el arcano número diez: La Rueda de la Fortuna. La rueda de la
vida, la rueda del dhamma.
Aquel día yo había decidido jugar mis cartas. Encontrarme al
lado de Eugenio Barba, maestro de mi padre, con los arcanos en la
mano era una oportunidad única y llena de misterio. Tenía algo de
encuentro con la energía del Padre, de ceremonia iniciática. Había
ido allí por mi mismo desde el oeste, la dirección del Océano,
había llegado allí junto a una compañera unidos en amor, e ido a la
función gracias a la invitación de Patricio, a la sazón director
del Festival, otro padre en mi camino. Se dice que al jugar las
cartas del tarot se está participando igualmente que el
consultante, como si fuera este un espejo. La Rueda de la Fortuna
tenía pues, en este preciso momento de mi vida, la significativa
connotación de ser el momento del cambio, de la transformación, el
comienzo del siguiente ciclo vital después de la renovación.
Qué habrá hecho presente para el maestro, no lo sé. Sonrió
cuando la vio, con uno de esos gestos que se tienen con los viejos
conocidos, a quienes no hace falta saludar demasiado. Muchos
sentidos pasaron, tal vez, en un relámpago por su mirada. Preguntó
con sencillez: -¿Y qué significa?
Algo debí decir en voz queda, no recuerdo qué, y le regalé la
carta con gratitud. La llevaba consigo cuando caminó hacia el
centro del escenario, respaldado por la línea de actores, plenos de
fuerza. La escena que se formó en ese momento, cuando el público
dejó de aplaudir para escuchar, ante la mirada de Eugenio, era
extraña, como toda la realidad alrededor. Era un anacronismo. El
príncipe, sentado en el centro del público, era encarado por el
viejo maestro, custodiado por el resplandor de los artistas. El
maestro abría su pecho, emanando un rayo desde su esternón, que
daba directamente sobre la faz del gobernante, acallándolo. Dentro
de ese vacío, el maestro hablaba, y su palabra superaba la de
cualquier hombre, pues era directamente canal de la fuente de
energía superior. El príncipe debía escuchar, y aceptar la
reconvención de las fuerzas superiores, para dar estabilidad y
prosperidad al pueblo.
Esta antigua historia estaba allí, encarnada, en ese teatro de
una pequeña ciudad. Eugenio habló en su castellano de otro tiempo,
con frases llenas de poesía e inteligencia. Dio las gracias a las
autoridades en primer lugar, y al pueblo de Loja. Dijo que estaban
felices de estar allí, de haber venido a esta cordillera de nuevo.
Era amable y elocuente.
Y de pronto, algo cambió en la luz, o así me pareció, y con un
giro de la muñeca dio la vuelta a algo, y de repente se encontraba
responsabilizando directamente al presidente de las fuerzas que
había desatado al crear un festival de teatro, y el deber de
permitir que continúe y florezca.
Habló, con poderosa expresión, del derecho de los pueblos a una
vida en paz y rica en cultura, habló de la necesidad de líderes
éticos y del rol del artista en tiempos oscuros. O tal vez dijo
otras cosas. Al menos, algo así recuerdo vagamente, pues la verdad,
yo no escuchaba mucho lo que decía, completamente inmerso en la
visión del discurso del mago.
El espacio se fue vaciando lentamente, como una catedral en
reposo. Aquí y allá quedaron grupos de personas conversando,
degustando la atmósfera cargada de energía, polvo fino y dorado que
hacía remolinos bajo los haces de los reflectores ambarinos.
Algunos actores y el propio Eugenio Barba se quedaron
intercambiando con las personas que se acercaron a conversar, a dar
las gracias, a abrazar a esa extraña tribu de esfinges salida del
ensueño de una cultura en ruinas.
Ellos, los frutos más dulces de una Europa que ha devastado el
planeta durante siglos, son los portadores del perdón. Hermosos
heraldos del espíritu del hombre, ellos son los indicados para
perdonar, y ser perdonados. Creadores una vez más de la síntesis de
las historias que viven en la genética de la especie, capaces de
transmitir su vasta herencia en el lenguaje sagrado, en la rosa
ofrenda de la ceremonia ancestral del teatro, en el acto verdadero
de hacer presente al corazón.
Salimos de la mano, después de los abrazos y las gracias y las
bendiciones, enamorados con Genevieve. Asombrados como niños que
han visitado una fiesta de dioses, nos sentíamos resplandecientes
desde adentro. Y justo en el punto de convergencia de los dos
pasillos, frente al zaguan de salida, me encontré de frente con el
presidente de la república.
Sólo lo conocía de oídas, y nunca me había interesado mucho el
relato de sus quehaceres, pero sentí que era una circunstancia
oportuna para saludar, y dejar entrar al misterio. Nos miramos a
los ojos. En un pase, saqué la baraja de tarot. Con la otra mano
extendí el abanico de arcanos, y se la ofrecí, mientras dábamos dos
pasos hasta quedar muy cerca. Sentí su olor. Tenía unos ojos azules
muy vivos, que miraron con asombro la apuesta de las cartas.
Con emoción de niño, eligió una y me la devolvió con expresión
de curiosidad imperiosa. Era el primer arcano, El Loco. Yo compartí
su sorpresa. Alcancé a decirle un par de frases mientras
recorríamos el zaguan del teatro. Toda una corte de aduladores,
admiradores, guardaespaldas y testigos casuales lo rodeaba y
halaba. Él quería saber más de la carta, a la que sostenía con aire
de espanto y maravilla mezcladas, como un animal increíble. Le dije
que la carta era para él, un regalo del espíritu, y acto seguido se
la guardó en el bolsillo de la camisa, preguntándome: -Pero, ¿es
algo bueno?
Le contesté que no había tiempo de explicar, pero que sí, que
averiguara, que no olvidara. Para mi, es como si el espíritu de la
palabra de Eugenio se hubiera transformado en arcano, y se las
hubiera arreglado para deslizarse hasta el corazón del gobernante.
El cuadro se completaba. El mito había sido renovado una vez
más.
Al salir a la noche fresca, perfumada, de la primavera de Loja,
de la mano de Genevieve, nos vimos rodeados de gente feliz. La
multitud de la ciudad llenaba las calles, dibujando con tizas por
todas partes, con luces y músicas diversas. El ambiente era de una
gran felicidad. Imagen rara en la era de la desconfianza, esa
ciudad estaba llena de arte, niños jugando, obras de arte,
discursos de magos.
Las grandes ciudades bajo la luna cuenta, con su severa
poética, de las ciudades destrozadas, donde la vida perece o
resiste bajo la crueldad de los señores de la guerra y la
indiferencia de sus clientes. Era el llanto de las almas muertas, y
a la vez, un gesto de osada dignidad ante el pesar. Y la telúrica
transmutación se reflejaba en la totalidad de la realidad
compartida allí, en esa hora mágica.
La Rueda de la Fortuna muestra, en la parte superior de la
carta, un animal sagrado. Es una esfinge de color azul de espíritu.
Tiene un tercer ojo dirigido hacia el cielo, y una corona de cinco
puntas. La quintaesencia. La capacidad de reconciliar la dualidad
del ser humano, a través de la paridad. Eugenio, bello animal azul,
gracias por unir las partes de lo separado por la tragedia. Gracias
a los Andes, por permitir sobre su cuerpo sagrado, la aparición de
la reconciliación de los corazones, que sana el mundo.
La hilaria, esa alegría particular que sobreviene luego
de la develación, cayó como un velo, en el susurro imborrable de un
tango femenino y dulce, que continuó toda esa noche de noviembre.
La presencia de la luna menguante sobre Loja, con su
misericordia que no conoce melancolía y consuelo, era real,
pero indiferente.
Sol Baltazar, La Merced, 2016
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29.10.2016 Politiken (National Danish daily newspaper)
I Holstebro bor en verdensberømt italiensk idiot
Af Kjeld Hybel (Politiken, Sektion 3 (Kultur), side
6.
Italieneren Eugenio Barba er en af de største kanoner inden for
moderne teater. Det har han været i 50 år. Hans teater ligger i
Holstebro og hedder Odin. Folk kommer rejsende fra hele verden for
at lære noget af Barba og hans trup. I dag fylder teaterguruen 80
år
Jeg stirrer på Eugenio Barbas bare fødder i sandaler, mens jeg
prøver at finde det rigtige sted at begynde.
Han sidder rank på en træbænk i sit lille kontor, der ud over
skrivebordet er udstyret med en divan, orientalske tæpper, bunker
af papir og bøger, en bærbar computer, en lille globus, et vækkeur.
Væggene er dækket af postkort, tegninger, halskæder, fotografier,
masker og andet, folk har foræret ham gennem tiden.
Han betragter mig med tålmodige øjne, der synes at registrere
alting. Bortset fra det kridhvide hår tyder intet på, at han om et
øjeblik fylder 80 år.
Aftenen inden har Eugenio Barba ...
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28.10.2016 Holstebro, Denmark
FØDSELSDAGSRECEPTION!
Eugenio Barba 80 år
Samme dag som jeg, en fremmed med
familie, i 1966 kom til Holstebro, blev der banket på døren, og
vores naboer, Grethe og Bent Pedersen, inviterede os til kaffe og
kage.
50 år efter, som dansk statsborger,
ønsker jeg at videreføre denne tradition. I anledning af min 80 års
fødselsdag inviterer jeg venner, bekendte og dem, som foreløbigt er
i vores by, mens de håber på en dag at blive danske borgere, til
kaffe og kage.
Receptionen finder sted
på
Asylcenter Holstebro,
Nybo Bakke 8, Holstebro,
fredag den 28. oktober kl. 12.00 -
14.00.
Læg jeres eventuelle gave i form af
sedler i en konvolut. Beløbet vil blive anvendt til at støtte de
frivilliges kulturelle aktiviteter på Asylcentret.
Svar til: odin@odinteatret.dk senest
den 25. oktober 2016.
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Foto: Zsolt Eöri Szabó
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22.09.2016
ODIN TEATRET EN CUBA
30 DE OCTUBRE - 25 DE NOVIEMBRE DE 2016
Eugenio Barba
ENCUENTRO DE DOS UTOPÍAS: UNA AMISTAD QUE NO
MARCHITA
En noviembre del 2016 el Odin Teatret se internará en un camino
teatral y cultural significativo: vuelve a Cuba, una Cuba tan
diferente de la que encontramos 30 años atrás en nuestro primer
viaje a La Habana en 1986. Entonces nos parecía que exaltantes
utopías podían mutar a toda América Latina, y nosotros del Odin
advertíamos la necesidad del encuentro y del conocimiento.
Queríamos que el teatro fuese un continuo cotejo con los diferentes
caminos de la gente de teatro, con el sentido de nuestro oficio,
con la sociedad y su devenir político y espiritual. Ahora partimos
otra vez de Holstebro bajando desde el Mar del Norte hacia el
Caribe, para descubrir cómo han cambiado la cultura y la política,
los sentimientos, los pensamientos y las expectativas de todos
nosotros.
La cita de noviembre con nuestros amigos cubanos será un
reencuentro de memorias, pero también una ocasión para consolidar
vínculos de colaboración y confrontarnos con los cambios que la
renovación artística del oficio exige. En Cuba los actores del Odin
se dividirán en pequeños grupos que realizarán espectáculos,
encuentros y "trueques" en diferentes ciudades. Presentaremos
fragmentos de experiencias y de ideales para recibir a cambio
sueños -intactos o marchitos - de una sociedad que luchó por ser
libre y justa.
De los años de las grandes utopías culturales en las décadas del
60 y 70, y de las fuertes ideologías que dividieron al mundo, las
huellas del Odin Teatret y de los grupos teatrales cubanos, son,
paralelamente, un estímulo para reflexionar sobre el destino de
esas utopías. ¿Son su ocaso? O, por el contrario, ¿recorren nuevos
sueños por el Oriente y el Occidente?
Innumerables veces mis actores y yo hemos colaborado con
artistas cubanos en nuestro teatro en Holstebro y en varias
ciudades de Cuba. Esta es la tercera vez que todo el Odin Teatret
visita su isla. Quiere ser, de parte nuestra, un signo de profunda
amistad y gratitud por el ejemplo de coraje, obstinación y dignidad
que los artistas cubanos nos han ofrecido a nosotros del Odin y al
mundo entero.
Estamos felices de regresar con seis espectáculos, en dos de los
cuales, La vida crónica y Las grandes ciudades bajo la
luna, participan todos los actores. Durante las últimas
visitas hemos encontrado un público exigente y curioso. Volver a un
país y una ciudad con los espectáculos que marcaron nuestro camino
fue siempre prioridad para el Odin Teatret. Nos alegramos de
antemano de acoger viejos y nuevos espectadores.

ODIN TEATRET DE VUELTA A CUBA
23 septiembre, 2016
ESCENA CUBANA HOY
Del 30 de octubre al 25 de
noviembre de este año, Odin Teatret, uno de los grupos teatrales
más importantes de la escena contemporánea mundial, regresa a Cuba
en una gira por varias provincias del país, en una visita
organizada por el Consejo Nacional de las Artes Escénicas, la Casa
Editorial Tablas-Alarcos y otras instituciones culturales.
Radicado en la ciudad danesa de
Holstebro, Odin Teatret, liderado desde 1964 por el maestro
italiano Eugenio Barba, regresa a la isla en una visita similar por
su intensidad y extensión a la que realizaron en 2002.
En esta ocasión, presentarán ocho
espectáculos, en los cuales se incluyen unipersonales y de grupo.
Además, cumplirán un programa de conferencias, talleres,
demostraciones de trabajo, proyección de audiovisuales, clases
magistrales y otros intercambios.
El recorrido abarcará las ciudades
y provincias de Las Tunas, Sancti Spiritus, Matanzas, Villa Clara,
Camagüey, Pinar del Río, Bayamo, Santiago de Cuba y La Habana.
El público podrá apreciar obras
emblemáticas del repertorio del Odin y algunas de las más recientes
que trazan un itinerario de trabajo de medio siglo. Volverá a la
escena cubana el unipersonal de la actriz Roberta Carreri,
Judith, una pieza que marcó un antes y un
después para muchos de los jóvenes teatristas en los finales de la
década del ochenta. De la producción más reciente, llegará
La vida crónica, espectáculo colectivo dedicado a
Anna Polikovkaya y Natalia Estemirova, escritoras rusas defensoras
de los derechos humanos, asesinadas por sicarios en el 2006 y 2009,
por su oposición a la guerra en Chechenia.
Esta especie de Odisea del Odin a
Cuba, como ha denominado al viaje el propio Barba, da continuidad a
una relación con la isla iniciada desde mediados de los ochenta
cuando Eugenio visitó, por primera vez, el país de la mano del
crítico e investigador Helmo Hernández, hoy al frente de la
Fundación Ludwig en Cuba.
Ese vínculo fue consolidándose y
ampliándose durante las décadas posteriores, no solo por las
sucesivas presentaciones y talleres ofrecidos en el país, sino
gracias a intercambios profesionales en la sede del grupo y también
a la participación de teatristas cubanos de varias generaciones en
experiencias como la ISTA. Teatro Buendía, con Raquel Carrió y
Flora Lauten, ha sido un nido afectivo y fecundo para alimentar la
alianza entre el Odin y Cuba. Al igual que sus nexos con la Casa de
las Américas, a través de la Escuela Internacional de Teatro de
América Latina y el Caribe (EITALC) que nucleó a su alrededor a
maestros de la región como Osvaldo Dragún, su director, Santiago
García, Miguel Rubio, Andrés Pérez y muchos más teatristas, con
quienes el Odin ha mantenido una profunda relación.
La Casa Editorial Tablas-Alarcos ha
sido uno de los ejes fundamentales para la continuidad de los nexos
con Cuba. No solamente ha fungido como organizador principal de
muchas de las visitas más recientes del Odin, sino que ha
amplificado, un total de siete títulos en su catálogo, libros
emblemáticos del teatro contemporáneo como El arte secreto
del actor, de Eugenio Barba y Nicola Savarese. En los
anaqueles de Tablas-Alarcos también pueden encontrarse
Piedras de agua, de Julia Varley y El
caballo ciego, de Iben Nagel Rasmussen.
Magdalena sin fronteras, espacio de
creación, análisis e intercambio de mujeres artistas,
investigadoras, críticas, activistas de género que se celebra en la
ciudad de Santa Clara concebido y dirigido por la actriz, directora
e investigadora Roxana Pineda ha sido inspirado por Magdalena
Project, experiencia de la cual Julia Varley es cofundadora.
La más reciente visita del Odin fue
durante el pasado Festival de Teatro de La Habana en el cual
presentaron Ave María, unipersonal de Julia Varley,
incluido en el catálogo de la venidera gira, y donde tanto Eugenio
como Julia protagonizaron notables diálogos con el público.
Espectáculos de la Odisea del Odin a Cuba
»
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21.09.2016
TRÆET
Tanker om et træ
Om Odin Teatrets nye forestilling
Af Thomas Bredsdorff, dramaturg
'Træet' hedder forestillingen. De forestillinger ordet træ
vækker, går i mange retninger. Et træ kan betyde vækst og frugt;
det kan også få en til at tænke på planker man kan bygge skibe af,
eller brænde man kan varme sig ved.
Ingen af de forestillinger viser sig at holde stik, når
tilskuerne kommer ind i teatrets lukkede rum. Der er slet ikke
noget træ. Kun afhuggede grene og en træstub. Hvad skal tilskueren
stille op med træets splittede lemmer, disjecta membra, som det hed
på Horats' latin: spredte efterladenskaber.
Meget af det der siges undervejs i 'Træet' bliver sagt på så
mange, og så forskellige, sprog at ingen kan forventes at forstå
ret meget af ordene. Man gør nok bedre i at bruge øjnene, og lytte
til ordenes musik. Det meste af tiden.
Men pas på, der forekommer også tydelige ord på tilskuerens eget
sprog. Det bliver gjort helt klart hvilken ramme de sceniske
billeder indgår i. Rammen kan antydes med et enkelt ord: Krig.
Dermed er dog ikke alt sagt. Tværtimod, her er det først at det
hele begynder.
En krig har raset. Men hvad er det for lag i sindet den har rod
i? Hvad er det for mennesker den slår rod i? Og hvad bliver der af
krigens spredte efterladenskaber i de mennesker der har ført
krigen, eller som har lidt under den? Kan sår heles, eller må de
bløde i al evighed?
Mange spørgsmål, mange mulige svar.
Og så for resten et spørgsmål til, som får et svar: Hvad mon der
sker med træets spredte efterladenskaber?
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21.09.2016
Se Træet i denne uge
Artikel af Mette Grith Sørensen, Dagbladet
Holstebro
TEATER: Mandag aften havde Odin Teatret verdenspremiere på dets nye
stykke »Træet«. Man kan stadig nå at se den
70 minutter lange fortælling om ondskab og krig, men også om håb og
tro. Teatret spiller nemlig hjemme i Holstebro i aften, onsdag,
samt torsdag og fredag, inden de fortsætter på turné til den
ungarske hoved
stad Budapest. Man kan dog også nå det i oktober, hvor teatret
spiller hjemme i Særkærparken den 10. og 11. oktober. »Træet«
foregår primært på engelsk og dansk - med enkelte indslag på
italiensk, balinesisk
og hindi - og er ganske nem at »forstå«, selv om Odin Teatrets
stykker sjældent er sådan helt ligetil. Og så er det et vildt
sansebombardement, hvor man får den ene overraskelse efter den
anden rent scenografisk og rekvisitmæssigt. Det er det,
skuespillerne kalder »Eugenios små ideer« - de glimt i øjet, som
stykket også
indeholder trods grumheden i fortællingen. Vi møder en serbisk
krisherre og en afrikansk ditto. Vi møder en nigeriansk kvinde på
flugt fra krigen og med sin datters afhuggede hoved i en bylt. Vi
møder datteren af en dansk poet - både som voksen og som et
lykkeligt barn, der klatrer i træer og gerne vil kunne flyve -
samt
to yazidimunke i den syriske ørken, hvor de forsøger med alle
mulige tiltag at få fuglene tilbage, blandt andet ved at plante et
træ. Den centrale rekvisit er da også et træ, og omkring dette
bevæger hovedpersonerne sig, såvel som de to fortællere, der kæder
det hele sammen. Se mere på www.odinteatret.dk
Mandag aften havde Odin Teatret verdenspremiere på dets nye
stykke »Træet«. Man kan stadig nå at se den 70 minutter lange
fortælling om ondskab og krig, men også om håb og tro. Teatret
spiller nemlig hjemme i Holstebro i aften, onsdag, samt torsdag og
fredag, inden de fortsætter på turné til den ungarske hovedstad
Budapest. Man kan dog også nå det i oktober, hvor teatret spiller
hjemme i Særkærparken den 10. og 11. oktober.
»Træet« foregår primært på engelsk og dansk - med enkelte
indslag på italiensk, balinesisk
og hindi - og er ganske nem at »forstå«, selv om Odin Teatrets
stykker sjældent er sådan helt ligetil.
Og så er det et vildt sansebombardement, hvor man får den ene
overraskelse efter den anden rent scenografisk og
rekvisitmæssigt.
Det er det, skuespillerne kalder »Eugenios små ideer« - de
glimt i øjet, som stykket også indeholder trods grumheden i
fortællingen. Vi møder en serbisk krisherre og en afrikansk
ditto.
Vi møder en nigeriansk kvinde på flugt fra krigen og med sin
datters afhuggede hoved i en bylt. Vi møder datteren af en dansk
poet - både som voksen og som et lykkeligt barn, der klatrer i
træer og gerne vil kunne flyve - samt to yazidimunke i den syriske
ørken, hvor de forsøger med alle mulige tiltag at få fuglene
tilbage, blandt andet ved at plante et træ.
Den centrale rekvisit er da også et træ, og omkring dette
bevæger hovedpersonerne sig, såvel som de to fortællere, der kæder
det hele sammen.
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12.09.2016
The Collective Mind
Thank you to all of Collective Mind (30/8 - 10/9 2016) for
taking part in the final stages of the new ensemble performance THE
TREE here in Holstebro.

Arkadiusz Rogoziński (Poland), Bruno
Niver (France), Cecilia Inverardi
(Italy), Daniel Mroz (Canada), Diego
Starosta (Argentina), Dina Abu
Hamdan (Jordan), Fernanda Schaberle
(Brazil), Gonzalo Alarcón
(Italy/Chile), Iolanda Di Bonaventura
(Italy), Jatun Risba (Slovenia), Jill
Greenhalgh (U.K.), José Patricio Vallejo
Aristizábal (Ecuador), Lukas König
(Germany), Marije Nie (Netherlands),
Marina Bassani (Italy), Mérida
Urquía (Colombia), Miguel Utreras
(Chile), Sietske de Vries
(Netherlands), Simona Sciamanna (Italy),
Thadd McQuade (USA), Valentina, Carmela
Amati (Italy), Vilja Itkonen
(Finland), Virginia Melgar (Spain), Zsófia
Rideg (Hungary)

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23/7/2016 Heraklion, Crete
Interview to Eugenio Barba
Οι κριτικοί μπορεί να κουράστηκαν, αλλά ο κόσμος διψά για
θέατρο
Editor's Newspaper
Συντάκτης:
Μάριος
Διονέλλης
http://www.efsyn.gr/arthro/oi-kritikoi-mporei-na-koyrastikan-alla-o-kosmos-dipsa-gia-theatro

Στο Ηράκλειο της Κρήτης θα βρεθεί στο τέλος Αυγούστου ο
Εουτζένιο Μπάρμπα, μία από τις
μεγαλύτερες θεατρικές προσωπικότητες του 20ού αιώνα.
Ιδρυτής και σκηνοθέτης του Θεάτρου Οντίν στη Δανία, έρχεται μετά
από πολλά χρόνια στην Ελλάδα και για πρώτη φορά στο Ηράκλειο, για
ένα σεμινάριο (master class) γύρω από τη θεατρική ανθρωπολογία,
καλεσμένος του Θεάτρου Ομμα Στούντιο. Το σεμινάριο αποτελεί
παράλληλη δράση στο πλαίσιο του πανευρωπαϊκού πολιτιστικού project
«Caravan Next», που έχει διάρκεια τρία χρόνια και εκτείνεται σε 16
χώρες της Ευρώπης.
Με την ευκαιρία αυτή ο Εουτζένιο Μπάρμπα μιλά στην «Εφ.Συν.» για
τη θεατρική ανθρωπολογία αλλά και για τη φιλοσοφία του «Caravan
Next», λέγοντας πως στοχεύει στη «θεατροποίηση» των πόλεων της
Ευρώπης μέσα από εκατοντάδες μικρά και μεγαλύτερα events με γενικό
τίτλο «Τροφοδοτώντας το μέλλον: κινώντας την πόλη με την
τέχνη».
Επίδειξη από τον Εουτζένιο Μπάρμπα και την ηθοποιό του Θεάτρου
Οντίν, Τζούλια Βάρλεϊ |
Στην Ελλάδα, συνδιοργανωτής του προγράμματος είναι το Θέατρο
Ομμα Στούντιο, στο Ηράκλειο, μαζί με 13 ακόμα θέατρα και
οργανισμούς από την Ευρώπη. Στο πλαίσιο του προγράμματος θα
πραγματοποιηθεί ένα τετραήμερο πολιτιστικών δράσεων (1-4
Σεπτεμβρίου) με τη συμμετοχή 36 καλλιτεχνικών ομάδων από όλη την
Κρήτη, με παραστάσεις ανοιχτές για το κοινό και τους επισκέπτες του
Ηρακλείου.
• Ποια είναι η βασική φιλοσοφία του «Caravan
Next»;
Πηγή έμπνευσης για το συγκεκριμένο project είναι το «Festuge»,
μια καλλιτεχνική εβδομάδα που λαμβάνει χώρα στην επαρχιακή πόλη της
Δανίας Χόλστεμπρο, πολύ μακριά από την πρωτεύουσα.
Το θέατρό μας είναι ο καταλύτης ενός διαδραστικού δικτύου
δράσεων όπου οι τοπικοί αθλητικοί σύλλογοι, ο στρατός, η εκκλησία,
τα σχολεία, τα εργοστάσια, τα μουσεία, οι βιβλιοθήκες, τo τοπικό
ωδείο, ιδρύματα και ιδιώτες, βιβλιοπωλεία, πρόσφυγες, αλλά και η
αστυνομία συνεργάζονται για να κάνουν ορατές τις πολιτιστικές τους
δραστηριότητες.
Είναι μια γιορτή στην οποία συναντώνται διαφορετικές κουλτούρες
με διαδοχικές παραστάσεις, εκθέσεις, συζητήσεις, που συντονίζονται
από το Θέατρο Οντίν και άλλες θεατρικές ομάδες. Μια δράση που
«θεατροποιεί» την πόλη και κρατά εννιά μέρες και νύχτες.
Το Holstebro Festuge οργανώνεται εδώ και 28 χρόνια και ήδη αυτός
ο διαδραστικός τρόπος σκέψης για τον πολιτισμό έχει υιοθετηθεί και
από άλλα θέατρα στη Δανία. Τώρα η Ευρωπαϊκή Ενωση υποστηρίζει ένα
σχέδιο με βάση το οποίο 13 θέατρα και άλλοι πολιτιστικοί φορείς
καλούνται να συνεργαστούν για να αναπτύξουν και να προσαρμόσουν την
εμπειρία αυτή σε 16 διαφορετικές χώρες.
• Παραμένει το κοινό «ανοιχτό» στην τέχνη εν μέσω της
παγκόσμιας κοινωνικής και οικονομικής κρίσης;
Εχω την εντύπωση -και οι εφημερίδες και τα στατιστικά στοιχεία
συνηγορούν σε αυτό- ότι οι πολιτιστικές πρωτοβουλίες συνεχίζουν να
συναντούν το ενδιαφέρον του κοινού. Τόσο τα μεγάλα πολιτιστικά
γεγονότα όσο και οι μικρότερες καλλιτεχνικές δραστηριότητες κάθε
είδους πληθαίνουν παντού.
Οι δημοσιογράφοι και οι κριτικοί μπορεί να είναι κουρασμένοι και
απογοητευμένοι, αλλά τόσο στην Ευρώπη όσο και στη Λατινική Αμερική
-στις δύο ηπείρους όπου το Θέατρο Οντίν περιοδεύει τακτικά-
παρατηρώ ότι το θέατρο συνεχίζει να διαδραματίζει έναν σημαντικό
ρόλο. Τόσο ως καλλιτεχνική εμπειρία αλλά και ως κοινωνικός
διεγέρτης, από τις φυλακές μέχρι τα σπίτια των ηλικιωμένων και από
τα στρατόπεδα προσφύγων μέχρι τα ψυχιατρεία.
• Ποιο είναι το στοιχείο που κρατά ενωμένη και
δημιουργική μια θεατρική ομάδα, όπως το Θέατρο Οντίν, για 50
χρόνια;
Η φύση του θεάτρου είναι να δημιουργήσει σύντομες, προσωρινές
σχέσεις. Οχι μόνο με τους θεατές, αλλά και μεταξύ των ίδιων των
ανθρώπων του θεάτρου.
Η μακροβιότητα του Θεάτρου Οντίν φαντάζει παράξενη δεδομένου ότι
οι ηθοποιοί του είναι μαζί μου από την αρχή, από το 1964, άλλοι για
30, 40 ή και 45 χρόνια. Αλλαξα πολλές φορές τη δομή και τη
δραστηριότητα του θεάτρου ανάλογα με τις ανάγκες των ηθοποιών, οι
οποίοι στην πορεία της καριέρας τους έγιναν διευθυντές ή ακόμα και
ιδρυτές διάφορων φεστιβάλ.
Σημαντική επίσης είναι η συνεχής υποστήριξη από τους πολιτικούς
του Χόλστεμπρο -μια πραγματική εξαίρεση στην Ευρώπη- οι οποίοι για
πάνω από πενήντα χρόνια, αν και από διαφορετικά κόμματα, έχουν
θεωρήσει το θέατρό μας, και τον πολιτισμό γενικά, αναφαίρετο
δικαίωμα του πληθυσμού, ακριβώς όπως η ελευθερία του λόγου.
Το γεγονός της κοινής δουλειάς για τόσα πολλά χρόνια δημιουργεί
μια εντροπία και πολλές ιδιομορφίες σε ένα καλλιτεχνικό περιβάλλον.
Μόνο μέσα από τις συνεχείς ριζικές αλλαγές είναι δυνατόν να
διατηρηθεί το ενδιαφέρον και η αφοσίωση. Είναι δύσκολο και επίπονο.
Αλλά όλοι στο Θέατρο Οντίν καταβάλλουμε προσπάθεια γι' αυτό.
• Η νέα θεατρική παραγωγή του Οντίν, που κάνει πρεμιέρα
το φθινόπωρο, έχει τίτλο «Το δέντρο». Ποιο είναι το θέμα
της;
Είναι η ιστορία δύο μοναχών που στην έρημο της Συρίας φυτεύουν
ένα δέντρο για να κάνουν τα πουλιά να έρθουν πίσω. Ενώ προσπαθούν
να διατηρήσουν τη ζωή, γύρω τους μαίνεται μια ιστορική θύελλα με
πολέμους, σφαγές και προσφυγιά. Το δέντρο είναι το δέντρο της ζωής,
αλλά και το δέντρο της λήθης και των ονείρων που γίνονται
εφιάλτες.
• Σχετικά με το σεμινάριο που θα δώσετε στο Ηράκλειο, τι
να περιμένουν οι συμμετέχοντες; Υπάρχουν σταθερές συμβουλές για
νέους ηθοποιούς και σκηνοθέτες;
Η θεατρική ανθρωπολογία μελετά τις τεχνικές αρχές που συναντά
κανείς σε διαφορετικά είδη θεατρικής έκφρασης, σε κάθε πολιτισμό.
Οι αρχές αυτές εφαρμόζονται στη σκηνική παρουσία του ηθοποιού και
δίνουν τη δυνατότητα σε καθέναν ξεχωριστά να αναπτύξει τις
δημιουργικές του δυνατότητες. Το σεμινάριο δεν θα σας διδάξει να
είστε καλός ηθοποιός.
Θα δώσει όμως τις προϋποθέσεις για την προσωπική ανάπτυξη ενός
ηθοποιού. Η Τζούλια Βάρλεϊ κι εγώ θα παρουσιάσουμε στο Ηράκλειο
πρακτικά παραδείγματα αυτών των τεχνικών, που είναι ιδιαίτερα
χρήσιμα για ηθοποιούς και σκηνοθέτες.
Ραντεβού στις 28 Αυγούστου
Στο master class του Εουτζένιο Μπάρμπα, στο Ηράκλειο, θα
συμμετάσχει και η ηθοποιός του Θεάτρου Οντίν, Τζούλια Βάρλεϊ, η
οποία θα κάνει την επίδειξη με τίτλο «Το ιπτάμενο χαλί» («The
Flying Carpet»), μια ιδιαίτερη παρουσίαση πάνω στον τρόπο δουλειάς
της θεατρικής ανθρωπολογίας.
Την ίδια μέρα θα προβληθεί και το ντοκιμαντέρ παραγωγής του
Θεάτρου Οντίν «Η κατάκτηση της διαφορετικότητας» («Τhe Conquest of
Difference»), μια αναφορά στην ιστορία ενός από τα πιο παλιά
θεατρικά σχήματα στον κόσμο.
Το σεμινάριο απευθύνεται κυρίως σε νέους ηθοποιούς και
σκηνοθέτες και τελεί υπό την αιγίδα του Δήμου Ηρακλείου. Θα
διεξαχθεί την Κυριακή 28 Αυγούστου, στην Πειραματική Σκηνή του
Πολιτιστικού Κέντρου Ηρακλείου, από τις 9.30 το πρωί έως τις 8.30
το βράδυ.
Πληροφορίες: 2810.263659, 6945.898204 και 6972.037456.
www.facebook.com/events/182477558788879/
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07.06.2016 Holstebro, Denmark
Smerten skal omsættes til styrke,
en artikel af Mette Grith Sørensen
Den colombianske instruktør, Patricia Ariza, arbejder med
kvinder, der har mistet familie i krigen. Hun er en af 100 kvinder,
der deltager i Transit-feistivalen på Odin
Teatret.
Ariza betragter mig opmærksomt gennem briller med farvet glas,
når jeg stiller spørgsmål, der skal tolkes fra engelsk til spansk.
Det går ikke hurtigt. Men det står rimeligt klart, at Patricia
Ariza nok ikke lige er én, man skynder på.
Hun er ikke »kun« kendt som poet, skuespilsforfatter,
skuespiller og instruktør. Patricia Ariza, der er colombianer,
sidder også i National Peace Council -det fredsråd, som præsident
Juan Manuel Santos oprettede i 2014, som et redskab frem mod
underskrivelse af en fredstraktat mellem regeringen og FARC, den
revolutionere guerillabevægelse, der i 52 år har ført krig mod
regeringen. Krigen har kostet cirka 260.000 døde, og man
mener, at op mod syv millioner mennesker er sendt på flugt både i
landet og udenfor dets grænser.
»Jeg var ung, da krigen brød ud. Jeg har stort set aldrig kendt
til andet end krig. Hvad det gør ved et menneske? Tjah, det har i
hvert fald gjort mig til en specialist i at kæmpe for kultur og
fred. I øjeblikket kæmper jeg i rådet for, at kultur og kunst skal
indskrives i fredsaftalen,« siger hun og understreger, at hun
faktisk tror på, at aftalen bliver underskrevet denne gang.
»Vi er i et point of no return nu,« siger hun......
Læs mere her »
(pdf-format)
Oprindelig bragt i Holstebro Dagblad:
http://dagbladet-holstebro-struer.dk/holstebro/columbianske-patricia-mistede-familie-smerten-skal-omsaettes
»
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05.06.2016 Romania
The Chronic Life, a performance by the Odin Teatret
article by Nikolett Németh
A work of art is "a being of sensation" that exists in itself,
it exceeds any lived, preserves and is preserved in itself, "a
block of sensations" that is "a compound of percepts and affects" -
this is a definition given by Gilles Deleuze and Felix Guattari in
What is Philosophy? (1994, pp. 163- 164). The body as the
fundamental material of theatre passes into pure sensation, percept
or affect, for the time of the performance. In this way it ceases
to be individual and cannot be defined as human anymore. It opens
to eternity, merging with the performance space, the present
objects, costumes, sounds, movements, and other bodies including
the audience: "Even if the material [of the artwork] lasts for only
a few seconds it will give sensation the power to exist and be
preserved in itself in the eternity that coexists with this short
duration. So long as the material lasts, the sensation enjoys an
eternity in those very moments." (Deleuze and Guattari, 1994, p.
166) In our case, this lasts for the time of the performance, yet
eternity has been established and experienced beyond passing
away.
This happens during the Odin Teatret's latest production, The
Chronic Life , directed by Eugenio Barba. It was first performed on
12th September 2011, in Holstebro, Denmark. I saw the performance
two times in Albino, Italy, in April 2016 as a part of the program
of the XV International School of Theatre Anthropology (ISTA)
session.
Entering the room where the show takes place ...
Read
more here »
(pdf-document)
from Samizdat Online, an international
online art magazine based in Romania
http://www.samizdatonline.ro/the-chronic-life/
»
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26.04.2016 Oslo, Norge
At den "norske teatergruppen Odin Teatret ble en stor,
internasjonal suksess, er ikke Norges fortjeneste. Dessverre..
Med verden som arena uten norsk hjelp
Artikel af Jonas Rein Seehuus i Dagbladet
(http://www.dagbladet.no)
Skjebnen mestrer ironiens kunst. I dag, når Odin Teatret inntar
Oslo med forestillinger, filmer, arbeidsprøver, mesterklasser m.m.,
er det på dagen 50 år siden teatret sendte ut en pressemelding om
at de kom til å forlate den norske hovedstaden. Hvorfor? Fordi
norske bevilgende myndigheter ikke tok seg råd til å ha et
alternativ til de tradisjonelle teaterscenene.
I Oslo hadde Odin Teatret - med stort pågangsmot, og minimalt
med midler - satt opp én forestilling, Ornitofilene, basert på Jens
Bjørneboes Fugleelskerne. Den ble en suksess, og det skortet ikke
på interesse verken fra kultur- og teaterinteresserte eller
pressen, men fra politikerhold...
Læs hele artiklen her »
(PDF format)
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24.04.2016 Oslo, Norge
BARBA OG MNOUCHKINE I PARIS
Artikel af Elsa Kvamme bragt på Dramatikerforbundets
hjemmeside (
Dramatiker.no)
Nylig møttes to av gruppeteatrets mest kjente regissører,
Eugenio Barba og Ariane Mnouchkine, og alle deres skuespillere, til
teaterkonferansen "Erfaringens pris," utfordringer og muligheter
ved å arbeide i en teatergruppe over tid.
Tilsammen har vi 104 års erfaring! Foto: Michèle Laurent - Til
sammen har vi 104 års erfaring! Sa Eugenio Barba, og kikket ut på
publikum i Theatre de Soleils lokaler i Cartoucherie utenfor Paris,
som var fylt til siste plass. Selv startet han Odin Teatret i 1964
i et tilfluktsrom i Oslo, med god drahjelp fra Jens Bjørneboe.
Bjørneboes Fugleelskerne ble til Ornitofilene, en av de første
moderne, fysiske teaterforestillingene, også i europeisk
sammenheng. Etter to års kummerlig tilværelse fikk de tilbud om å
slå seg ned i den jydske byen Holstebro, som satset på å bli en
kulturby. I dag er Odin Teatret et av verdens mest etterspurte
teaterkompanier, og fra 26. -30. april inntar de igjen Oslo med"
Odin uke" på Det Norske Teatret. Ariane Mnouchkine, som i 2009 fikk
den internasjonale Ibsen-prisen, driver fortsatt Theatre de Soleil
(kjent blant annet for spillefilmen Moliere) i et frodig
frigruppemiljø på et nedlagt kruttlager utenfor Paris. Også de
lager et vitalt og billedsterkt teater, i samarbeide med
forfatteren og filosofen Helene Cixous. Som legendariske Karavanens
siste stopp (2006). En maraton-forestilling over tre dager, med
scener bygget på sanne historier om flyktningers dramaer, hvor også
den norske kapteinen på «Tampa» hadde en rolle. I demonstrasjonen
etter massakren på Charlie Hebdo-redaksjonen så vi dem på TV, i et
gripende øyeblikk da de fikk den franske frihetsgudinnen
«Marianne,» til å danse over hodene på folk.
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Artribune, 20.01.2016
Nicola Davide Angerame
Mezzo secolo di Odin Teatret. Intervista con Eugenio Barba
Presentato con successo nelle Giornate degli autori alla scorsa
Mostra del Cinema di Venezia, "Il paese dove gli alberi volano" è
un documentario che racconta il teatro di Eugenio Barba. Fondato a
Oslo nel 1964, il suo Odin Teatret si è trasferito a Holstebro, in
Danimarca, nel '66, dove ancora oggi ha il suo quartier generale.
L'Odin ha da poco compiuto i suoi primi cinquant'anni di vita, il
che lo rende la più longeva esperienza partecipativa di
teatro/comunità, con i suoi attuali 25 membri provenienti da più di
dieci Paesi e tre continenti.
Scritto da Nicola Davide Angerame
Davide Barletti & Jacopo
Quadri, Il paese dove gli alberi volano
Il documentario Il paese dove gli alberi volano,
firmato da Davide Barletti e Jacopo
Quadri, esce nelle sale il 21 gennaio. Segue
Eugenio Barba durante la preparazione e la
realizzazione dello spettacolo celebrativo di una compagnia che
vanta quasi ottanta spettacoli rappresentati in tutti i continenti,
di cui molti ancora in cartellone. Il film attraversa la visione di
Barba, svelando la semplicità e la forza del suo operare. La
Festuge da lui concepita assume i tratti di un rito pagano
di morte e di rinascita. Emigrato in estremo Nord, Barba conosce la
discriminazione. Il teatro è il suo modo per riscattarsi e per
riscattare l'umanità attraverso un esperanto corporeo ed espressivo
che accoglie tutte le arti, anche quelle più popolari (come le
maschere e le danze tribali) sintetizzandole dentro la città
tradotta in palcoscenico. Il teatro di Barba deborda così nella
vita portando scompiglio, festa, annuncio e poesia. Sostenuto,
allora, da un sindaco e un segretario comunale lungimiranti, che
trovarono nel teatro un buon modo per arrestare lo spopolamento di
Holstebro, Barba ha trasformato la città in un centro
internazionale.
Nel film lo si vede invitare persone dal mondo, danzatori balinesi
e kenioti, cantanti asiatiche e maschere e riti da ogni parte del
mondo. Li fa danzare con i bimbi della classe di balletto e suonare
con violinisti classici, al fine di creare un incontro tra
diversità che fanno dell'arte nostra un elemento esistente al pari
di altri. Le forze mitiche di ogni cultura s'incontrano e ballano
insieme, sottese dall'idea del baratto su cui si regge l'Odin: se
io canto per te, poi tu devi cantare per me. Il film mostra la
città occupata da tribalismi lontani, da processioni di danzatori e
maschere che dilagano negli uffici e nei luoghi pubblici, sotto lo
sguardo muto della mascotte dell'Odin Teatret,
quella Ragazza su un carro che Alberto Giacometti regalò
nel 1966 a Barba e che qui chiamano Maren.
Che cosa è il cinema per te?
Avevo diciotto anni quando vidi uno dei miei primi film, fu alla
Cinémathèque di Parigi. Era un film di Vigo o Renoir. Per me, che
venivo dal sud d'Italia, il cinema era uno scrigno pieno di
sorprese.
Cosa ti colpì di più di questo scrigno?
Sorrisi di una notte d'estate di Ingmar Bergman: vivevo
già a Oslo quando lo vidi. Ho rivisto il film più volte, negli
anni, e mi ha sempre sorpreso come le situazioni descritte da
Bergman rimangano vive nel tempo.
Avevi già deciso di fare teatro o ci sei arrivato
attraverso il cinema?
No, ero interessato alla letteratura e al mondo dell'arte. Tutte
le arti mi interessavano, meno il teatro.
Perché lo hai scelto? Forse perché ti ha permesso di
sintetizzare anche le altre arti?
In realtà l'ho scelto perché ero stato migrante in Norvegia negli
Anni Cinquanta. Da marinaio, per due anni ho dovuto affrontare il
disprezzo che i marinai norvegesi nutrivano ed esprimevano per i
colleghi portoghesi, cinesi e italiani. Finita l'università a Oslo,
volevo trovare un modo per esorcizzare questa chiusura verso di noi
in quanto stranieri. Così ho pensato che potevo mettermi una
maschera, quella del regista. In fondo, il regista non ha bisogno
di scuole o di qualità speciali, basta immaginare di poter fare il
regista. Da allora ho esercitato come regista e non più come
italiano.
Davide Barletti & Jacopo
Quadri, Il paese dove gli alberi volano
Il film racconta la festa dei cinquant'anni dell'Odin
Teatret, celebrata come un incontro fra civiltà. Hai invitato
artisti e compagnie da ogni parte del globo, esponenti di culture
diverse, e con loro hai creato uno spettacolo che ha occupato
l'intera città. È un tuo antidoto allo scontro di civiltà che segna
questo momento storico?
È facile fare incontrare le persone della stessa professione, dove
la diversità è un valore perché ci aiuta ad auto-definirci. Diverso
è quando la diversità assume il carattere di minaccia. Uno
straniero è qualcosa di esotico e interessante, ma quando sono
mille diventano una presenza nel nostro immaginario che minaccia la
nostra sicurezza sociale e individuale. È difficile trovare una
soluzione.
Da ex migrante, cosa pensi di quanto sta accadendo
rispetto alle ondate migratorie in Europa?
L'insicurezza fa parte del nostro tempo, la crisi ha prodotto un
senso di precarietà che viene accresciuto da questa tragedia. Ci
vuole un enorme coraggio emotivo per dire: "No, io vi
accolgo". Per questo ho trovato bello che alcuni politici
abbiano accettato di accogliere tutti. Per una volta hanno pensato
non secondo le categorie fredde e razionali della politica ma
secondo una morale emotiva.
Tutto ciò ti ricorda, con le dovute proporzioni, la tua
storia?
Quando siamo arrivati a Holstebro, una cittadina tradizionalista
con 16mila abitanti, abbiamo fondato un teatro con attori
norvegesi. Ai nostri spettacoli reagirono male per anni, ma i
politici locali ci hanno sempre sostenuto. Il sindaco, che di
professione era postino, disse che se per gli esperti l'Odin aveva
qualcosa di speciale, conveniva seguirli e sostenere l'Odin.
Poi le cose cambiarono, arrivò il successo
internazionale. Pensi che il teatro possa cambiare la società
dentro cui opera?
Nel tempo abbiamo conquistato gli abitanti della città in cui
operiamo, ma l'arte non può cambiare la società se essa stessa non
è disposta a riconoscere il valore di un'attività culturale. Per
questo motivo, ogni attività culturale va sostenuta dai
politici.
Davide Barletti & Jacopo
Quadri, Il paese dove gli alberi volano
Il tuo teatro ha qualcosa di sciamanico, come un rituale
pagano ricreato per concentrare, espellere o esorcizzare energie
positive o negative. Cosa pensi del teatro panico di Alejandro
Jodorowsky?
Conosco la prima parte del suo percorso, quando in Messico
incontra Arrabal e Topor. Io lo apprezzo soprattutto perché ha
scritto i migliori numeri di Marcel Marceau. In pochi lo sanno.
Visto il film che ti hanno dedicato Davide Barletti e
Jacopo Quadri, torniamo al rapporto fra il teatro e il cinema: chi
viene prima?
Il cinema deve avvalersi degli attori e la maggior parte di essi
giungono da una formazione teatrale, però credo che sia stato il
teatro ad avvalersi del cinema più che il contrario.
Il tuo teatro cosa ha assunto dal cinema?
Personalmente sono stato molto influenzato dal cinema di Sergei
Eisenstein. Il mio modo di lavorare come regista proviene dalla sua
idea di montaggio emotivo, ritmico e narrativo. La mia passione per
lui è giustificata anche dal fatto che per anni ha diretto
spettacoli teatrali, è stato straordinario. Sarebbe interessante
capire perché poi abbia lasciato il teatro per il cinema, per me
conferma che la forma di spettacolo del nostro tempo è il cinema e
non più il teatro.
Il teatro non rispecchia più il nostro
tempo?
Appare come una forma arcaica di comunicazione. Perché continuare?
Non è forse più utile fare film per raggiungere un pubblico più
vasto? Io vado al cinema e devo dire che influenza il mio panorama
interiore.
Quindi il teatro è morto?
In verità, il teatro mantiene un'importante capacità esclusiva. Se
fai sullo schermo un gesto semplice come quello di rovesciare
dell'acqua per terra, questo gesto non dirà granché. Ma se lo
stesso gesto lo fai a teatro, allora accade una comunicazione di
tipo animalesco, cambia tutto; del resto siamo animali razionali ma
siamo animali.
Davide Barletti & Jacopo
Quadri, Il paese dove gli alberi volano
Quindi il teatro ha ancora molto da dire.
Questa comunicazione mi affascina per motivi artistici. Da
migrante ho vissuto un'esperienza estrema: ero pieno di vitalità ma
ero considerato stupido. Quando ho lasciato l'Italia a 18 anni sono
arrivato in Norvegia e non parlavo la lingua: potevo tradurre
Sofocle dal greco antico e Cicerone dal latino, ma ciò non serviva
per lavorare in un'officina meccanica dove ti dicevano cose che non
potevi capire. Per un anno il mio compito è stato quello di
decifrare ciò che la gente mi diceva, non attraverso le parole,
bensì attraverso le posture del corpo e il tono della voce. Tutto
ciò mi è rimasto come una lezione.
La comunicazione non verbale è fondamentale nel tuo
teatro, come la definiresti?
La comunicazione non è soltanto uno tsunami di parole, è molto
altro; è qualcosa che ti permette di penetrare in quelle parti che
lo spettatore neppure sa di avere. Il cinema, anche se lo volesse,
non riuscirebbe mai ad eguagliare il teatro in questo.
Nicola Davide Angerame
www.ilpaesedoveglialberivolano.com
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20.03.2016 Paris, France
ƒƒƒ = À ne manquer sous aucun
prétexte
Un fauteuil pour L'Orchestre
Article de Camille Hazard
19.03.2016 »
'
Ariane Mnouchkine e Eugenio Barba
i nostri 50 anni di teatro,
Article in Italian by Davide Sannia, 16.03.2016 »
https://youtu.be/iUhCvrbhKf0
»
Dans le Squelette de la Baleine,
par Simon Gerad
TLC - Toute la Culture
13.03.2016 »
Eugenio Barba : l'ami savant d'Ariane Mnouchkine
Radio Interview (in French) »
13.03.2016
Cu Ariane Mnouchkine şi Eugenio Barba
Article
in Romanian by Georges Banu,
01.03.2016
»

Photo: Beatriz Castellary (Facebook)
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25.01.2016
Post Teatro
La Repubblica
L'Odin Teatret al cinema con Quadri e Barletti
di Anna Bandettini
(nella foto: Eugenio Barba tra Jacopo Quadri a sinistra e
Davide Barletti)
Non sono molti i personaggi di culto che ancora attirano
attenzioni, curiosità, e calamitano discepoli, curiosi, spettatori.
Eugenio Barba è uno di questi. Italiano, oggi 79enne, da
giovanissimo andò in Scandinavia, conobbe Grotowski e divenne
regista teatrale fondando un suo gruppo, l'Odin Teatret,
celeberrimo in tutto il mondo, considerato uno delle esperienze più
importanti del teatro del Novecento, oltre 70 spettacoli applauditi
in 63 paesi del mondo, e che l'anno scorso ha festeggiato i 50 anni
a Holstebro, la cittadina danese che nel '65 accolse il gruppo e da
allora è diventata la sua sede.
Se questo è l'antefatto, il resto lo racconta un film-documentario
che testimonia la straordinaria avventura teatrale dell'Odin da una
particolare angolatura, seguendo Eugenio Barba durante la Festuge
la settimana di spettacoli che l'Odin organizza ogni anno a
Holstebro coincisa nel 2015 con il compleanno di mezzo secolo del
gruppo.
Il film è Il paese dove gli alberi volano, di Jacopo
Quadri e Davide Barletti, che dopo il successo alla Mostra di
Venezia nelle Giornate degli autori, è ora arrivato in sala, a
Bologna, Roma, Milano (al cinema Beltrade) e in altre città, anche
questo un fatto importante perchè non è di tutto i giorni che un
film "teatrale", autoprodotto (Fluid Produzioni e la Ubulibri e un
contributo fondamentale della Apulia film Commission), arrivi al
pubblico del cinema.

Bravi i due artefici: Jacopo Quadri, montatore cinematografico
di successo (per Mario Martone, Bernardo Bertolucci, Paolo Virzì)
e regista, già autore di La scuola d'estate (Premio
speciale Nastri d'Argento 2015), altro film "teatrale", inquel caso
dedifato a Luca Ronconi, e Davide Barletti film maker pugliese,
oltre 30 tra documentari,lungometraggi e corti. Con le loro
telecamere hanno seguito Eugenio Barba per giorni durante la
preparazione della Festuge, filmato i loro artisti ospiti, mostrato
l'insolito e divertente incontro dei danzatori africani con le
piccole e biondissime danzatrici della scuola danese, seguito gli
artisti balinesi che insegnano i loro strani ritmi agli allievi di
una scuola musicale e documentato tutta la poderosa macchina
organizzativa dell'Odin che rende tutto questo possibile. Non c'è
nulla o quasi dei consueti documentari sull'Odin dove si vedono gli
spettacoli, i training degli attori, o le interviste a Barba, o i
commenti dei loro appassionati spettatori. Qui si testimonia, con
un bel ritmo e molte scene divertenti, cosa è l'apertura culturale
del teatro che ha realizzato l'Odin, e l'impegno civile e
"politico" della sua lunga e ancora viva esperienza artistica.
Dicono i registi: "Il nostro film mostra come il lavoro di un
gruppo di artisti sul territorio ha cambiato la comunità, a partire
da quando 50 anni fa un sindaco-postino che aveva la quinta
elementare con un colpo di genio capii che un teatro, fatto da
stranieri e che forse non capiva aveva il diritto di esistere. In
questo, in modo laterale,è un film anche sulla Danimarca di oggi e
sulle sue contraddizione in fatto di integrazione".
Online link »
http://bandettini.blogautore.repubblica.it/2016/01/25/lodin-teatret-al-cinema-con-quadri-e-barletti/
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23.01.2016
Il Ciotta Silvestri - Cinema
Rivista Online di Mariuccia Ciotta e Roberto
Silvestri
Festa per il compleanno del caro amico Eugenio Barba.
Un grande film di Jacopo Quadri e Davide Barletti
Roberto Silvestri
Non aprite quella porta: c'è del marcio in Danimarca? No,
apriamola. Nessun pericolo. Ecco un viaggio cinematografico
alternativo nel teatro radicale, che ci porta proprio dentro la
Danimarca calvinista, capitale inquieta delle immagini interiori,
da Carl Dreyer a Lars Von Trier, per trovare chi, tra essere e
avere, non ha mai avuto dubbi. Ha scelto essere. Essere
agente di soqquadro. Si può essere anche senza avere molto. Basta
essere aperti al molto. Basta saper imparare ad imparare.
Soprattutto dagli espulsi da tutte le Accademie. Da tutti coloro
che preferiscono far teatro di ricerca integrale e biodinamica, a
costo di non esordire mai.
Un viaggio, quasi un pellegrinaggio, dunque, fatto non per
motivi turistici superficiali, ma per motivi altamente ludici nel
cosdietto "terzo teatro". Il primo teatro è quello ufficiale, degli
stabili e delle Accademie; il secondo è quello off, off off, che
vuole diventare teatro ufficiale (magari nell'inconscio); il terzo
è quello antropologico, che si fa non su ma con.
Non per ma da, da... ù
Ma c'è il rischio di arrivare, facendo questo pellegrinaggio in
Danimarca e di essere rispediti al mittente, come sta succedendo in
questi giorni ai profughi siriani che arrivano al confine? Non
proprio, ma...
Almeno non per gli autori di questo film che ha Roma è uscito
(sebbene in un due sale speciali, Apollo 11 e Kino) e altrove
speriamo bene. E che rispetto alla prima veneziana (alle Giornate
degli Autori di Venezia) è stato leggermente modificato e
perfezionato nei dettagli minuti.
Il montatore e qui regista Jacopo Quadri e il cineasta
indipendente, autonomo, off e salentino Davide Barletti, entrambi
passaporto Ue, sono infatti andati a trovare il quasi ottantenne
Eugenio Barba in occasione del cinquantenario di vita dell'Odin
Teatret. Che è coeva delle ricerche di altra scena altri corpi
altra drammaturgia altro rapporto con il pubblico altri testi altri
costumi altre scene che lo accomuna al Living Theatre, al maestro
di Barba, il polacco Jerzy Grotowski, a Luca Ronconi, a Meredith
Monk, Carmelo Bene, a Barrault, Dario Fo, Beckett, Lecoq... appunto
al teatro capovolto di 50 anni fa.
L'Odin, macchina transartistica e transnazionale, è una
istituzione anti istituzionale (anzi dal 1984 è stata ufficialmente
riconosciuta da Copenhagen come "istituzione autonoma", ed è
finanziata dagli stati norvegese e danese e dalle comunità locali,
chissà se anche dalla Apulia Film Comission) della neo-avanguardia
scenica, che è stato festeggiata una ventina di mesi fa (in estate)
da circa 500 tra artisti, attori coreografi, musicisti, danzatori,
pittori, scultori, fantasisti, filmmakers, critici, studiosi,
vicini di casa, costruttori di palloni gonfiabili, di marionette
burattini, e anche amici venuti da ogni parte del mondo (a loro
spese e qualcuno non senza rischi, appunto) per realizzare uno di
quegli scambi artistici (se io balinese canto e danzo tu keniano
canti e danzi e tu danese pure, e tu brasiliano anche, così siamo
pari) che hanno reso celebre la "teoria del baratto" messa a punto
dal gruppo del drammaturgo e antropologo salentino (Gallipoli) che
più detesta il mercato, le merci, lo spettacoli commerciale e il
capitalismo, ma non gli aquiloni, i pupazzoni e i giochi di ogni
tipo.

Prima sorpresa, però. Il film non spiega molto accuratamente,
come fosse un documentario della Bbc, che non vuole essere, i 50
anni di Barba-Odin, sue origini e conseguenze, chi sono i suoi
collaboratori da sempre, il cerchio magico formato da Julia Varley,
Jan Ferslev, Tage Larsen, Iben Nagel Rasmussen e Roberta Carreri si
intuiscono, ma restano sullo sfondo, come ha fatto Barba a
mescolare Piscator e Artaud, Brecht e Hjemslev, Bali e
Eisenstein... ma regala solo brevi tocchi qui e là, foto, battute,
ricordi, dichiarazioni di intenti, dialoghi fugaci... ma se chi
vede appunta bene con la mente ricostruisce il panorama generale
dell'impresa e dei suoi protagonisti, il collettivo di Odino (per
la ricostruzione dettagliata delle cose si rimanda ai saggi Ubu
Libri che Franco Quadri, padre di Jacopo, scrisse nel pieno
dell'esplosiva insorgenza drammaturgica di Barba). Seconda
sorpresa. La Danimarca reagisce bene a questo sovversivo dionisiaco
del corpo e della mente liberati. Tersa sorpresa,
inaspettata. Scopriamo che Barba è ancora fisicamente molto in
forma, muscolarmente sembra integro, il teatro fa bene alla salute,
almeno da come maneggia la gigantesca troupe e i libri contabili
proprio il nipote di"Elia Belvedere", il geniale factotum
nordamericano degli anni 50 trumaniani eroe di spassosissimi film
con Clifton Webb e serie tv. Ma nessuno si aspettava che
maneggiasse così bene anche la sega elettrica per tagliare alberi
(che, come Jodorowski non sembra amare troppo) come in un
horror splatter di Tobe Hooper si segano vergini teenager (uomini e
donna) in fuga nella notte. Teorizzatore ante litteram della
contaminazione culturale (i pulcinella che fanno mangiare gli
spaghetti alle danzatrici indonesiane snodabili è uno spettacolo
nello spettacolo) Il paese dove gli alberi volano - Eugenio Barba e
i giorni dell'Odin racconta proprio la fase organizzativa della
grande festa all'aperto dell'estate 2014,con acrobati, pupazzi,
danzatori classici, bande musicali, lottatori di capoeira, ragazzi
venuti dalla Nairobi, artisti di ogni tipo, piccoli e grandi,
diretti come se Barba fosse quel super direttore di orchestre jazz
infinite, Butch Morris. Un regista dai tentacoli giganteschi, di
comunicativa immediata, grande charme, precisione di fraseggio e
dal corpo miracolosamente giovanile. Holstebro, la piccola
cittadina danese dove l'Odin risiede da 48 anni, dopo i due
iniziali a Oslo, reagisce con pudore e presenza calorosa alla
grande festa. Sono tante per noi. Ma non per tutte. "Dove sono le
persone? Qui sembra che non ci sia nessuno. Anche se è tutto
magicamente pulitissimo" affermano gli ospiti keniani, i ragazzini
delle periferie povere di Nairobi che sono dei ballerini pazzeschi
e non mai sono stati in Occidente. Vuol dire che non vedono
ricchezza nel nord, in Europa, nell'occidente. Ma povertà. La
ricchezza è scambio umano continuo e ripetuto. La ricchezza è
nell'Africa? Il divertimento solo lì? L'importante è essere, non
avere.

Scrive Barba: "Vivo in una strana fortezza isolata, che è una
fortezza fatta di vento, che non ha mura. Le sue mura sono
relazioni umane, sono gli attori, i collaboratori che vengono da
diverse parti del mondo, alcuni perché hanno sentito parlare di
noi, altri perché si trovavano per caso in Danimarca, sbattuti li
dal vento della Storia. Questa fortezza si trova in una piccola
città di nome Holstebro." Non è proprio fatta di vento, sembra una
bellissima fattoria costruita muro su muro dal suo gruppo. Vi
ricordate quando si diceva ia sessantottini che non sapevano essere
che distruttivi e mai costruttivi? Ebbene, con l'aiuto del vento
c'è chi ha reso il 68 costruttivissimo.
Mariuccia Ciotta - Roberto Silvestri
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22.01.2016
Associazione culturale Cinematographe,
Italia
Intervista a Eugenio Barba: il teatro non per vocazione ma
necessità
di Margherita Bordino
Eugenio Barba nel
1964 fonda l'Odin Teatret e
in cinquant'anni compie una vera rivoluzione, teatrale,
sperimentale e culturale, con il solo linguaggio del corpo e per
diversi anni viaggia tra grandi città e posti remoti
portando con sé il suo teatro. La vita di Eugenio Barba cambia
totalmente quando all'età di nove anni assiste alla morte
lenta del padre a cui è tanto legato. Così piccolo scopre cosa
significa la mancanza e al tempo stesso l'amore sconfinato di una
madre che "incoraggiò i suoi sogni più strani". Da sempre
il viaggio è per Barba qualcosa di fondamentale:
libertà, incontrare nuova gente, gustare nuovi sapori. A
diciassette anni, dopo la licenza liceale, parte in autostop con
l'intento di tornare in Italia alla fine delle vacanza estive e
iscriversi all'università, ma in Norvegia conosce una ragazza… Il
resto della sua storia è più o meno nota e qualcosa di intimo e
personale lo racconta lui stesso.
Eugenio Barba: "Ho voglia
che l'Odin sia oggi un paradosso e domani
un'ovvietà"
In occasione dell'uscita in sala di
Il paese dove gli alberi
volano, il film documentario sui festeggiamenti del
mezzo secolo dell'Odin Teatret, abbiamo contattato Eugenio
Barba. Giusto poche domande e risposte per capire quanto il teatro
è stato per questo "migrante italiano" fonte di "salvezza",
con cui comunicare in tutto il mondo.
Emigrato in Norvegia, dopo
gli studi ha scelto il teatro. Perché?
La mia scelta teatrale non è stata per necessità artistica o
vocazione. Il teatro é stato un modo per nascondere la mia
identità nazionale. Erano gli anni 50 e a quei tempi
l'Europa era piena di migranti italiani. In Norvegia, come operaio
e studente, ho vissuto due situazioni: la più generosa accoglienza
e il più schifato rigetto. Ospitalità e razzismo. Ho immaginato di
aggirare il problema. Come regista, quindi come artista, le persone
si rivolgono in un altro modo, ti giudicano su categorie estetiche
e non per il colore della pelle o per il passaporto che
mostri.

Una vita dedicata all'arte,
in giro per il mondo. Quale è la "mission" dell'Odin
Teatret?
Ho sempre considerato il teatro un mestiere. Ho lavorato in
Norvegia per anni in un'officina meccanica e so, come saldatore,
che esiste un'etica di lavoro elementare e fondamentale: tenere in
ordine gli arnesi, pulito il posto, curare i dettagli, sentire
orgoglio nel lavoro ben fatto. Su questi valori ho costruito l'Odin
Teatret, preparato i miei attori e condiviso con loro le condizioni
che ci siamo imposte. Più che una missione, ho voglia che l'Odin
sia oggi un paradosso e domani un'ovvietà.
In tutti questi anni ha mai
sentito la mancanza dell'Italia?
Ho vissuto più di sessant'anni all'estero come un'avventura
che mi riempiva di stupore e riconoscenza. L'incontro con persone
cosi diverse e che tu senti così vicino è una sensazione che
ricorda quella dell'innamoramento. Non ho mai sentito la mancanza
dell'Italia, spesso dei miei amici italiani.
Lei ha compiuto
un'importante rivoluzione e sperimentazione teatrale. In un periodo
storico in cui tutto va veloce e la vita reale si è spostata sul
web, crede sia ancora possibile un teatro per strada e
sociale?
Quando mi sposto per il mondo, vedo che esiste ancora molto
teatro di strada, sociale, impegnato, pronto a rischiare, a dare un
senso che vada oltre a quello immediato di intrattenimento
diversivo o culturale che uno spettacolo ha. Nonostante le nuove
tecnologie, quella arcaica del corpo umano in relazione a un altro
corpo umano rimane la più efficace per arrivare alle viscere dello
spettatore. C'è un mondo al di fuori di Verona, dice Shakespeare.
Non deve lasciarsi ingannare dalla situazione italiana.
Tra tanti spettacoli fatti ce n'è uno che porta nel
cuore?
Quello prossimo, si chiama Volare, debutterà a settembre 2016
e in esso sono proiettate tutte le illusioni, speranze ed
energie di noi tutti dell'Odin.
Online link
cinematographe.it/51045/interviste/eugenio-barba-intervista.html
»
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21.01.2016
Associazione culturale Cinematographe,
Italia
Il paese dove gli alberi volano: recensione
di Margherita Bordino
Il paese dove gli
alberi volano. Eugenio Barba e i giorni dell'Odin,
titolo intero del film diretto da Davide Barletti e Jacopo
Quadri, è stato presentato alla 12esima edizione di Le giornate degli autori - Venice
days in occasione della 72esima Mostra del cinema. Il
film documentario sul regista d'origine brindisina è prodotto da
Fuid e Ubulibri, in collaborazione con Apulia film commission.
Il paese dove gli alberi volano è un viaggio nella
provincia danese durante i preparativi per la festa per i
cinquant'anni dell'Odin Teatret, la compagnia fondata da cui
Eugenio Barba. Il compleanno di uno dei teatri sperimentali e di
ricerca più influenti del XXI secolo.
Eugenio Barba è
nato nel 1936 nel Salento, ma durante gli anni Cinquanta emigra in
Norvegia dove si mantiene con diversi lavoretti quali saldatore e
marinaio. Si diploma all'Università di Oslo in letteratura francese
e norvegese e storia delle religioni. Subito dopo vive per un
periodo in Israele e viaggia per l'Asia. Tornato in Europa conosce
lo sperimentale Teatr 13 Rzedow (Teatro delle Tredici File) diretto
da Jerzy Grotowskj e Ludwik Flaszen. Da qui nasce un sodalizio
artistico e umano che permetterà a Barba di creare e improvvisare
nel teatro e nella vita.
Il paese dove gli alberi
volano: un film dinamico e dal ritmo accelerato
È il 1964 quando Eugenio Barba
fonda l'Odin Teatret, a oggi un laboratorio di idee e arte con
attori e collaboratori. La sua sede è a Holstebro, nella Danimarca
occidentale. Nel giugno del 2014 l'Odin Teatret ha festeggiato i
cinquant'anni di attività con una settimana di performance e
spettacoli. Per l'occasione sono giunti artisti da tutto il mondo,
ospitati da associazioni e teatri locali. Il paese dove
gli alberi volano è un documentario classico e
lineare che immerge lo spettatore nella costruzione di un grande
spettacolo e nella storia di una delle compagnie teatrali più
rivoluzionarie degli ultimi anni. Una delle poche che ha cambiato
il modo di fare arte e spettacolo del secondo novecento.

Nel documentario Il paese dove gli
alberi volano si vedono giovani artisti, giunti da
Kenia, Bali, Brasile, India ed Europa per la grande festa.
Acrobazie, musiche e voci in aula e per strada si susseguono
davanti agli occhi del regista. Eugenio Barba, capelli bianchi e
piedi scalzi, dirige e guida le performance della comunità di
artisti, includendo lo spettatore nei festeggiamenti.
Il paese dove gli alberi volano è film
dinamico e dal ritmo accelerato. Musica, danza e parole si muovono
tra intuizioni e paradossi. Non solo artisti, ma anche esibizioni
di persone comuni come muratori, sarti, organizzatori e il sindaco.
Ritmi tribali e classicità occidentali caratterizzano la festa e
Davide Barletti e Jacopo Quadri seguono la preparazione in tutto e
per tutto, da angoli nascosti e in primo piano, partecipando al
sodalizio artistico, intellettuale e visionario.
"Vivo in una strana fortezza
isolata, che è una fortezza fatta di vento, che non ha mura. Le sue
mura sono relazioni umane, sono gli attori, i collaboratori che
vengono da diverse parti del mondo, alcuni perché hanno sentito
parlare di noi, altri perché si trovavano per caso in Danimarca,
sbattuti lì dal vento della Storia. Questa fortezza si trova in una
piccola città di nome Holstebro". - Eugenio Barba
L'Odin Teatret in
questi cinquant'anni ha realizzato 76 spettacoli, rappresentati in
63 paesi e in vari contesti sociali. Tutte le esperienze della
compagnia Odin si basano sulla diversità e sulla pratica del
"baratto". Uno scambio di atti culturali tra chi ospita e chi
riceve "visita". Attività interdisciplinari e collaborazioni
internazionali sono quindi fondamenta per l'Odin Teatret, che ha
trovato un luogo base nell'ISTA - International School of Theatre
Anthropology - che dal 1979 è divenuto un vero e proprio villaggio
teatrale in cui attori e danzatori di culture differenti si
incontrano per studi, indagini e spettacoli, scambiando racconti ed
esperienze sceniche.
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